«No sé para qué nos pregunta, si cuando le decimos lo que pensamos se enoja.». El que hablaba era es un alumno de diez años del colegio Lenguas Vivas cuando le contaba , al contarle a su padre cómo había sido la clase en la que la maestra de matemática dedicó a Santiago Maldonado. La docente les habló de una desaparición forzada, de la Gendarmería y volvió a preguntarles qué opinaban. Como las respuestas no eran las buscadas, contó el chico, se disgustó con los estudiantes. Y sólo dejó hablar a los que opinaban como ella.
Estas situaciones se repitieron ayer en las aulas de todo el país y desataron un fuerte rechazo por parte de los padres, la comunidad educativa y buena parte del espectro político. Fue como consecuencia de la aplicación de un instructivo de enseñanza que impulsó la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera).
El Ministerio de Educación denunció que no son contenidos consensuados ni aprobados, que dan como hechos comprobados hipótesis que se están investigado. También señaló que se está haciendo un uso partidario de un tema de actualidad dentro del aula. «El cuadernillo dice que se lo llevó la Gendarmería y eso no está comprobado. Utilizan un tema delicado para hacer política dentro de las escuelas», dijo el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro. Y anunció que podría haber sanciones para los docentes que «se salgan de los marcos»
El rechazo fue inmediato. Ayer, con el hashtag #ConMisHijosNo, miles de padres repudiaron la campaña de Ctera. De hecho, ése fue el trending topic (el tema más comentado) del día en Twitter. Por la tarde, se abrió una petición en la plataforma Change.org para que se impida la enseñanza de contenidos en las aulas y cosechó miles de adhesiones entre padres y maestros. Incluso muchos docentes se sumaron a la iniciativa.
LA NACION consultó a distintos especialistas en educación que advirtieron que el abordaje del caso Maldonado que promociona Ctera se hace desde una versión sesgada y parcial, que no estimula el pensamiento crítico.
El propio Finocchiaro habló al respecto: «Los docentes deben enseñar a pensar críticamente, pero no les pueden decir a los alumnos qué pensar. En el plano pedagógico, los docentes pueden tocar temas de actualidad dentro de los marcos pedagógicos de la dirección, lo pueden hacer y tienen plena libertad de opinión. Pero si un docente se sale de esos marcos, la directora o supervisora tiene las herramientas necesarias para sancionar esto. El caso Maldonado tiene que ser tratado con toda la responsabilidad porque es muy delicado», agregó.
«El análisis de la realidad está en los diseños curriculares. Pero la forma de abordarlo debe respetar la edad y los intereses de los alumnos y debe generar una propuesta abierta y pluralista. El Estado debe salvaguardar la enseñanza crítica, no dogmática en las escuelas. El colegio debe ser un ámbito libre de dogmas, tanto religiosos como partidarios. Esta propuesta plantea una postura sesgada y no ofrece diversidad de fuentes, sino una sola línea de pensamiento. Además, es inconsulta», dijo el pedagogo y ex ministro de Educación porteño Mariano Narodowski.
«El caso está instalado socialmente. La realidad es parte de la currícula. Eso no es un problema, al contrario. Si se habla del Mundial y de otros temas, cómo no se va a hablar del caso Maldonado, sobre el que se habla en casi todos los hogares. Lo que no debería hacerse es un aprovechamiento político partidario del tema», apunta Silvia Bacher, autora del libro Periodismo para pensar la educación.
Algunos docentes se sintieron desconcertados sobre qué debían hacer ante las presiones del gremio. «El ministro Finocchiaro agrede a los docentes y asusta a las familias diciendo que queremos hacer proselitismo. Debería conocer que es una preocupación constante de Ctera la lucha de los derechos humanos y además que lea la currícula sobre los derechos y deberes de docentes, ahí dice que tenemos la obligación de hacerlo. Acá no hay adoctrinamiento», dijo a LA NACION Mariano Denegris, secretario de prensa de UTE-Ctera.
Los manuales que difundió el gremio incluyen orientación didáctica para los tres niveles: inicial, primario y secundario. Para cada uno se elaboró una guía para introducir contenidos. En todos los materiales se da por hecho que Maldonado es víctima de una desaparición forzada, a manos de la Gendarmería, algo que la Justicia aún no ha podido determinar. También se citan fuentes periodísticas y didácticas alineadas con esta hipótesis. Y no abre el espectro a otras líneas de investigación.
Ayer, en las redes circulaban fragmentos del Estatuto Docente y del Diseño Curricular para la Escuela Primaria del gobierno porteño en los que se insta a los maestros a «promover el análisis crítico y la participación creativa de los alumnos en los problemas de la comunidad». Apunta que se seleccionarán temas de actualidad. «No se trata de talleres sobre problemáticas generales, sino sobre casos específicos o susceptibles de ser analizados desde las ideas básicas propuestas». Los talleres incluirán el análisis crítico de los medios, señala el material. También, entre los deberes y derechos de los docentes figura sustentar y educar a los alumnos en principios democráticos, inculcándoles el respeto por los derechos humanos y el sentido de la justicia y se destaca que debe hacerse «en absoluta prescindencia partidaria y religiosa».
fuente LA NACION