Francamente no comparto el análisis que en el Gobierno hacen de la deuda por varios motivos:
En primer lugar porque toman los compromisos en moneda extranjera para compararla con el PBI, cálculo que está mal salvo que no piensen pagar la deuda en pesos.
En segundo lugar no toman la deuda intra sector público, porque dicen que en ningún país la tienen en cuenta. Mi opinión es que hay que tomarla. ¿Si le debo plata a mi hermana, no la computo como un pasivo mío? ¿A los hermanos no se les paga lo que uno le debe?
Tomemos el caso del BCRA y las letras intransferibles que en la era K el Tesorole entregó a cambio de las divisas que le quitaba. Esas letras intransferibles constituyen una deuda del Tesoro con el BCRA y suma casi $1 billón. Si no vale nada, el BCRA tiene un problema en el activo y en el patrimonio neto. No tomar esa deuda del Tesoro con el BCRA implica decir que el BCRA tiene que asumir la pérdida de haberle prestado a un insolvente.
Y, en tercer término, si bien la relación deuda/PBI es muy utilizada por mis colegas economistas, francamente no comparto la validez de ese ratio. La deuda es un stock y el PBI un flujo anual, con lo cual ese dato no me dice nada. Para que se entienda mejor, supongamos que tengo una deuda hipotecaria que vence a lo largo de 20 años (stock de deuda) y divido ese stock por mis ingresos de un año (PBI). ¿Qué me dice esa cuenta? Nada. Es una cuenta, a mi juicio, mal hecha.
Comparar la deuda con el PBI es comparar un flujo con un stock, por eso no parece una relación válida, aunque esté muy difundida entre los economistas
Una mejor relación de la deuda
¿Qué dato tomar entonces para analizar si la deuda está complicando la economía y si es sustentable en el tiempo?
Una forma es tomar los intereses de la deuda/PBI. Si tomo ese ese dato me muestra cuánto del ingreso de un año absorben los intereses de la deuda pública. Aún sin incluir la deuda intra sector público el número no parece muy alentador si se toma esa relación como puede verse en el gráfico.
De acuerdo al Presupuesto, en 2018 los intereses de la deuda representarán el 3,3% del PBI, es decir 1,1 puntos más que en 2017. Si van a bajar el déficit primario en 1 punto, quiere decir que el déficit financiero no bajará sino que subirá o se mantendrá y el gradualismo empeorará la situación fiscal en vez de solucionarla.
Personalmente prefiero ver cuánto de la recaudación que se queda la nación representan los intereses de la deuda pública. Una vez más, sin considerar los intereses intra sector público ni los intereses del gasto cuasifiscal, el escenario no es muy alentador.
Tomando una serie de los últimos 20 años podemos ver cuánto de la recaudación tributaria se comieron los intereses de la deuda. ¿Por qué baja en 2002? Porque entramos en default. Observen que en la era k, a pesar de no haber regularizado la deuda, los intereses absorbían el 15% de los ingresos tributarios. En 2016 se regulariza la deuda y hay que pagar más intereses por la regularización de la deuda pública pero también porque se financia el déficit fiscal con deuda. En 2017 los intereses de la deuda representaron el 20,1% de la recaudación. Si sirve de referencia, observen cómo fue evolucionando la relación intereses de la deuda/recaudación tributaria entre 1998 y 2001. Cuando en 1999 superamos el 20% empezaron los problemas, en 2000 hubo que hacer el blindaje y luego en 2001 el megacanje.
En la era k, a pesar de no haber regularizado la deuda, los intereses absorbían el 15% de los ingresos tributarios, y ahora superan el 20 por ciento
No puedo decir que hay un número mágico a partir del cual se entra en una situación crítica, pero los datos históricos nos muestran en qué momento se descontroló la situación.
La dependencia del tipo de cambio
Si uno sigue este indicador, intereses de la deuda pública/recaudación, surge otro tema a ser considerado.
Teniendo en cuenta que una parte de la deuda pública es en dólares, un aumento del tipo de cambio llevaría a tener que disponer de mayor cantidad de pesos para comprar cada dólar de intereses de la deuda, por lo tanto, si sube el tipo de cambio es muy probable que empeore la relación intereses de la deuda/recaudación.
Teniendo en cuenta que una parte de la deuda pública es en dólares, un aumento del tipo de cambio llevaría a tener que disponer de mayor cantidad de pesos
En otras palabras, cada vez habrá que destinar más recursos a pagar los intereses de la deuda y habrá menos recursos impositivos para pagar sueldos, jubilaciones, planes sociales, etc. Si estos gastos no se bajan, el déficit fiscal aumentará y habrá que emitir más moneda (cobrar el impuesto inflacionario), subir los impuestos (terminar de ahogar al sector privado) o tomar más deuda con lo cual crecerá el stock de deuda pública y los intereses a pagar, empeorando la situación fiscal.
Apreciación del peso
Si el tipo de cambio se mantiene artificialmente bajo, los problemas de déficit de cuenta corriente pueden seguir empeorando. Como puede verse en el siguiente gráfico, ya estamos en una relación déficit de la cuenta corriente del balance de pagos/PBI del 5 por ciento.
Actualmente estamos en niveles cercanos a los de la década del 90, sin embargo, el Gobierno todavía puede aguantar más tiempo tomando deuda pública. Pero ojo que aguantar no es lo mismo que resolver.
En definitiva, todos estos son problemas que surgen del déficit fiscal dado el infinanciable nivel de gasto público. El problema está en el nivel de gasto público y, por supuesto, en el déficit fiscal. Pero ojo que tener equilibrio fiscal con un gasto público del 48% del PBI significa tener una carga tributaria que mata la economía.
Tener equilibrio fiscal con un gasto público del 48% del PBI significa tener una carga tributaria que mata la economía
En síntesis, considero que el Gobierno hace mal en minimizar el peso de la deuda pública:
1. Porque no considera ni toda la deuda que tiene el tesoro, ni todos los intereses que genera esa deuda.
2. Porque toma como referencia un dato que no sirve que es relacionar deuda/PBI.
3. La historia es conocida. El gradualismo lleva a tomar más deuda, esa mayor deuda incrementa el monto de intereses a pagar, agrava el déficit fiscal y se come una parte importante de la recaudación tributaria, no dejando margen para bajar los impuestos, atraer inversiones y comenzar en una senda sostenible de crecimiento económico y disminución de la pobreza.
fuente INFOBAE