Unos 30 miembros del lof Paicil Antriao ocupan pacíficamente desde el domingo el acceso a un predio de 87 hectáreas de bosques nativos en el cerro Belvedere, en la ladera de la costa del lago Correntoso, en Villa La Angostura.
La comunidad mapuche argumentó que la acción buscó resguardar «ambiental y territorialmente» el lugar para impedir tareas de desmonte y dirimir la propiedad de esas tierras en litigio.
El sector ocupado -el acceso a un predio propiedad del astro de la NBA Emanuel Ginóbili, que se conecta con un desarrollo inmobiliario privado- es reclamado desde hace años por la comunidad mapuche como territorio ancestral y está categorizado como área intangible por la ley nacional de bosques.
Allí, a instancias de la municipalidad de Villa La Angostura, el Ministerio de Desarrollo Territorial neuquino autorizó la apertura de un camino de 2800 metros, que ya derribó unos 150 arrayanes y coihues milenarios, según denunció la comunidad.
El objetivo del acceso es avanzar en los loteos de un desarrollo inmobiliario de lujo, cuya propiedad está a nombre del fideicomiso Lago Correntoso y para la cual la familia Ginóbili habría aceptado una servidumbre de paso.
Desde el domingo, cuando se consumó la ocupación indígena, la policía neuquina está apostada en el lugar para impedir que crezca la toma. Abogados del lof Paicil Antriao señalaron a LA NACION que interpusieron un habeas corpus preventivo para neutralizar «cualquier medida de fuerza contra la comunidad mapuche».
«El juzgado local convocó para el jueves a una audiencia, en la que se intentará resolver el conflicto y analizar el daño ambiental producido, que es muy grande y que viola leyes ambientales nacionales», dijo el abogado Luis Virgilio, que representa a la comunidad mapuche.
Virgilio también denunció ante la Justicia que los predios reclamados por los mapuches fueron históricamente propiedad de esa comunidad, desde 1900, cuando el general Roca les entregó la posesión de 625 hectáreas del histórico lote número 9, que incluye el cerro Belvedere, sobre el Correntoso. Se trata de una porción del paisaje lacustre y boscoso patagónico de inigualable belleza.
Los cuestionamientos
«En la mayoría de los casos, las familias mapuches fueron despojadas y corridas de sus tierras mediante engaños y amenazas. Pero en el caso de los terrenos de Ginobili lo que sucedió fue escandaloso: ellos pagaron 150.000 dólares por esas 20 hectáreas de bosques a un tercero que antes había logrado convencer al lonco analfabeto que las ostentaba de que rubricara la operación de cesión con su pulgar a cambio de unos pocos pesos», denunció el abogado. Y exhibió un pretérito boleto de compraventa, que está siendo analizado en los tribunales.
«Acá existe una doble violación: la de la ley de bosques, ya que se arrasó con cipreses, coihues, arrayanes y radales milenarios en un área que tiene un muy pronunciado declive y que corre riesgo de desmoronamiento, y la de nuestros derechos territoriales», dijo a LA NACION el lonco de la comunidad, Lorenzo Loncón.
«Para nosotros esto es un daño cultural, espiritual y territorial inmenso. Por eso pedimos la presencia del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que todavía no ha terminado nuestro relevamiento territorial, y la del Ministerio de Ambiente, para que haga valer la legislación y repare el daño. No pensamos dejar este lugar para que lo sigan depredando», agregó Loncón.
El werken Florentino Nahuel, de la Confederación Mapuche Neuquina, y líder del «resguardo territorial», acusó al basquetbolista Ginóbili de haber permitido la servidumbre de paso, «que arrasó con una biodiversidad protegida» para posibilitar el acceso a una futura calle pública que conectará ambos loteos.
Los abogados del astro de la NBA no pudieron ser contactados para conocer su versión.
Ayer, el grupo ambientalista Greenpeace respaldó el reclamo mapuche y envió sendas notas al gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, y al ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman.
Si bien el litigio por esas tierras es de vieja data, la presencia de topadoras y el consecuente desmonte de bosques nativos a gran escala fueron lo que cohesionó y movilizó a la comunidad indígena en Villa La Angostura, que promete «mantener la ocupación por tiempo indeterminado» hasta que se asegure la protección de la biodiversidad.
El lugar del conflicto
La protesta se focalizó en un camino de 2800 metros que servirá como acceso a un emprendimiento inmobiliario. Ya se avanzó a lo largo de 700 metros, que según los manifestantes implicó el derribó de unos 150 arrayanes y coihues. Los denunciantes aseguran que el loteo afecta bosques protegidos de la costa del lago Correntoso.
fuente LA NACION