La constructora brasileña Odebrecht debió aceptar las condiciones impuestas por las empresas locales como paso previo e ineludible para acceder a contratos millonarios del entonces Ministerio de Planificación Federal, según surge del nuevo material del Lava Jato a los que accedió, verificó y complementó LA NACION durante las últimas semanas.
Ese material incluye documentos incriminatorios que aportaron varios ejecutivos de Odebrecht que se acogieron al régimen de la delación premiada en Brasil que prevé la posibilidad de reducir sus condenas a prisión, así como copias de los videos de sus confesiones en Curitiba, centro neurálgico del Lava Jato.
Todo ese material verificado ratifica las revelaciones que publicó LA NACION durante los últimos dos años. Entre otras, los roles decisivos que asumieron el entonces presidente de la Cámara Argentina de la Construcción Carlos Enrique Wagner, y el lobista Jorge «Corcho» Rodríguez en la operatoria cuestionada.
Por su parte, el material también expone cómo los delatores identificaron a un lugarteniente de Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, como articulador del consorcio a cargo del proyecto para soterrar el tren Sarmiento, en el que Odebrecht admitió que se habían pagado sobornos millonarios.
Desde Brasil exigen que la Argentina debe garantizar, por escrito, que no avanzará contra aquellos brasileños que ya confesaron sus delitos dentro de la investigación Lava Jato ya que, argumentan, investigarlos en la Argentina implicaría una violación al principio «non bis in idem». Es decir, que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.
Desde la Argentina replican, desde lo formal, que la legislación local impide que se imponga la firma de un compromiso de este tipo a los jueces o fiscales, mientras que desde la cuestión práctica explican que primero es necesario conocer qué confesaron los arrepentidos en Brasil para, a partir de allí, determinar si se trata de los mismos hechos que se investigan en la Argentina.
El contenido del material
¿Qué surge del material que obtuvo, analizó y completó LA NACION? Que los exejecutivos de Odebrecht identificaron tres grandes negociados de la constructora en la Argentina: el proyecto para extender las redes troncales de gasoductos, para construir una planta potabilizadora para AySA en Paraná de las Palmas y para soterrar el tren Sarmiento.
También detallaron las reglas de juego imperantes para operar en la Argentina. Entre otras, la obligación de asociarse con -o subcontratar a- empresas locales sugeridas por el gobierno nacional, entre las que identificaron a BTU. Y la necesidad de contratar lobistas que, además de abrirles puertas en Buenos Aires y el interior, actuaron de puente con el equipo del exministro Julio De Vido, actualmente detenido.
Las reglas argentinas de juego que debió aceptar la empresa brasileña para ganar contratos oficiales también incluyeron las reglas de cartelización fijadas por las empresas locales.
Así, por ejemplo, uno de los delatores brasileños recordó ante la Justicia cómo le comunicaron que «si la compañía Odebrecht tenía interés en participar del proyecto, tenía que asociarse con empresas locales», para luego indicarle incluso con qué empresas y para qué proyecto.
Los delatores también expusieron, sin embargo, una práctica que hasta ahora los jueces y fiscales argentinos habían omitido en sus investigaciones sobre lo que se conformó como el capítulo argentino del Lava Jato. ¿Cuál? Que según los arrepentidos, la constructora Odebrecht pagó las coimas que correspondieron al porcentaje que tenían en cada consorcio, mientras que las otras empresas consorcistas se encargaron del resto de los sobornos.
Así, explicaron, si la constructora brasileña tenía una participación del 50% en un consorcio y las empresas locales se repartían el 50% restante, entonces las coimas que admitieron haber pagado los brasileños representan apenas la mitad de las coimas que se pagaron en ese proyecto.
-O sea que Odebrecht, a pesar de tener solo el 50%, ¿pagaba una proporción mayor de los costos [por los sobornos] de ese acuerdo? -le preguntó un fiscal del Lava Jato a uno de los delatores brasileños.
-No -respondió el delator-. Cada socio pagaba los sobornos de acuerdo con su participación en el consorcio.
En otro tramo del material que analizó LA NACION durante semanas, otro de los arrepentidos rememoró cómo fluyó el cobro de los contratos siempre que ellos pagaron coimas.
-¿Pero durante?? -quiso preguntarle un fiscal.
-Todo fluía -lo interrumpió el arrepentido, para evitar los matices.
-¿El pago de las coimas? -precisó el fiscal brasileño.
-Todo fluía -ratificó el delator.
fuente LA NACION