A Margarita Stolbizer le costó justificar la continuidad de su relación política con Sergio Massa en la cumbre partidaria que encabezó el fin de semana en Mar del Plata. Buena parte de los referentes del GEN pronosticaron una participación del ex intendente de Tigre en la interna del PJ para poder competir con posibilidades en las presidenciales de 2019.
La salida salomónica consistió en emitir un documento en el que se omite todo pronunciamiento sobre el estado de salud de la alianza 1País que compartió el partido de Margarita con el de Massa el año pasado y, como gran novedad, se proclama la necesidad de construir “una alternativa socialdemócrata”.
La definición ideológica quedaría al margen de toda sorpresa para una fuerza diseñada en torno a una figura de origen alfonsinista si no fuera que el nuevo camino lo emprendería sin romper lanzas con una figura de pasado liberal y presente socialcristiano: Massa comenzó su militancia en la Ucedé y se define peronista.
Hasta ahora, la tropa de Stolbizer venía hablando de la construcción de una opción de límites más difusos, como la del “progresismo”. Allí entrarían diversas ramas del peronismo, así como de otras fuerzas. La propia ex diputada le confesó a Clarín que la vuelta a la consideración de una alternativa socialdemócrata estuvo inspirada en el encuentro que mantuvo la semana pasada en Buenos Aires con uno de los referentes mundiales de ese sector, José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del gobierno español.
Rodríguez Zapatero llegó al país invitado por el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, referente del socialismo autóctono. Y el encuentro -al que fueron invitados también aliados massistas y el ahora radical Martín Lousteau, entre otros- sirvió para dar el primer paso para el armado de un polo que llene el vacío que dejaron los sucesivos fracasos de las opciones de centroizquierda.
Lifschitz habría anticipado en la ocasión que hará un último intento por reformar la Constitución provincial con el objetivo de intentar la reelección en 2019, Y que de no lograrlo -como todo indica, por falta del necesario respaldo de los votos opositores- reforzaría su proyección nacional para el armado de un polo como el que ahora también aspira a protagonizar el GEN. De prosperar la idea, el mediano plazo encontrará a los seguidores del gobernador socialista y de la ex legisladora discutiendo el orden de una eventual fórmula conjunta: Lifschitz-Stolbizer o Stolbizer-Lifschitz.
Ambos buscan tender puentes con figuras extrapartidarias, tales como el neurólogo Facundo Manes y el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens. Y una pata que aspiran a captar es la de radicales críticos con la gestión de Mauricio Macri. Uno de ellos es Ricardo Alfonsín. Otro es un afiliado reciente a la UCR, Martín Lousteau, de quien algunos sospechan que busca acercarse a referentes de centroizquierda para consolidar una pata progresista (y no peronista) dentro de Cambiemos. Mientras tanto, el gobernador socialista debe lidiar en su frente interno con el sector de Antonio Bonfatti, que da señales de plegarse al intento de Florencio Randazzo de integrar al PJ a un frente amplio alejado de los K.
Stolbizer espera por el momento ver las definiciones de sus potenciales aliados (Lifschitz y Massa), le pide a su tropa que no se anticipe a lanzarla como candidata a algún cargo nacional en 2019 y prepara los próximo pasos para mantener vigencia.
En su rol político, piensa levantar el perfil de su oposición al rumbo económico del Gobierno y organiza para el 26 de julio un panel con figuras de perfil progresista (Lousteau, entre otros).
En el plano judicial, volverá a sacar chapa de referente anticorrupción y desde la ONG Bajo La Lupa reclamará que Cristina Kirchner sea llevada a juicio oral en el caso Los Sauces. “Hay un intento de Macri de mantenerla libre a fin de polarizar en un balotaje con la ex presidenta en segunda vuelta”, acusa Margarita.
fuente CLARIN