El Gobierno convocó a empresarios, sindicalistas para comenzar esta semana una ronda de diálogos que decanten -esperan en el Ejecutivo- en un acuerdo de precios y salarios con miras a contener la inflación y apalancar la reactivación económica apoyada en el consumo.
Daniel Funes de Rioja es vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y titular de la a Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), una entidad clave cuando la principal preocupación de la Casa Rosada está puesta en el aumento del precio de los alimentos, que se incrementaron en 2020 por encima de la inflación.
Aunque afirma que aún no ha recibido la invitación formal por parte del Gobierno, el empresario celebra la convocatoria aunque advierte que cualquier acuerdo de precios y salarios debe tener en cuenta un determinado «contexto», de lo contrario se reducirá a apenas una solución de corto plazo.
«Creo que la Argentina necesita una concertación económico social para la emergencia porque cuando se habla de acuerdo de precios y salarios hay que ponerlo en un contexto: ¿con qué precios relativos?, ¿con qué paridad cambiaria?, ¿con qué nivel de emisión monetaria?, ¿con qué tasa de inflación?. Si no tenemos en cuenta todas esas variables de contexto, los acuerdos de precios y salarios terminan siendo efímeros. En el caso de la industria de la alimentación hay un atraso. ¿Ese atraso cómo va a ser resarcido o compensado? Si hablamos de recuperación del poder adquisitivo del salario, hay sectores que perdieron más, otros menos y otros no perdieron», reparó el hombre de la UIA en una entrevista con eldiarioar.com.
Consultado sobre si la convocatoria del Gobierno no fue planteada teniendo en cuenta ese «contexto», Funes de Rioja respondió: «No puedo prejuzgar, tenemos que sentarnos o escuchar, pero creo que una cosa muy inmediata, sin tener en cuenta esos contextos obviamente sólo podrían concebirse para un objetivo de muy corto plazo. No para resolver problemas ni siquiera pensando en este año. Porque todavía hay una incertidumbre muy grande: qué va a pasar con el Covid, qué va a pasar en marzo, si viene una ola fuerte como en Europa. Nosotros ya hemos pedido al Gobierno dos cosas: que no haya cierre y el proceso productivo continúe y prioridad en la vacunación para la gente que trabaja. Tenemos que mantener activas las líneas de producción. Ahora, si no se tiene eso nadie puede hacer un vaticinio demasiado firme con respecto al impacto Covid-19 de 2021″.
Respecto a la posibilidad de que el Gobierno aumente retenciones o cupos a las exportaciones para contener el precio de los alimentos, el empresario se mostró proclive a que se utilicen otro tipo de instrumentos, como los acuerdos sectoriales y la baja de impuestos.
«A mí me parece que el camino es acordar con cada sector las alternativas que le produzcan menor daño. Acá hay que cuidar el consumo interno y las divisas que la Argentina necesita de la exportación, porque son las que nos permiten evolucionar desde el punto de vista industrial, comprar insumos. Creo que bajo esta concepción tenemos que tener la doble visión. Y cuando uno habla de retenciones o de cupos a la exportación lo que está haciendo es ir cerrando expectativas, porque los mercados se van para otro lado«, dijo.
«Por otro lado, las retenciones son otra carga fiscal más. La presión fiscal en la Argentina es muy alta. Y no solamente es alta sino burocráticamente muy compleja. Además, el 50% de la economía está en negro, entonces la presión fiscal cada vez más se concentra más sobre unos pocos. Ahora está esto de elevar el mínimo no imponible al Impuesto a las Ganancias, que me parece muy bien, pero ojo si eso significa que van a aumentar otros impuestos para compensarlos. Acá hay que tener una administración más eficiente del gasto público y una reducción del costo público», afirmó.