Todo parece indicar que, Alberto Fernández no estaría queriendo acuerdo con el FMI. Dado el nivel de crítica contra los ajustes que pide el FONDO.
Alberto Fernández remarca diferencias
El Presidente hizo referencia a las diferencias con el organismo multilateral y reivindicó la pelea en la negociación por la deuda.
En medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el presidente Alberto Fernández volvió a criticar al organismo multilateral: “Cuando los ajustes llegaron, nuestro pueblo padeció”.
El Presidente pidió “recordar” la crisis del 2001 y mencionó “el ajuste que el Fondo le pidió a la Argentina, que hizo desaparecer el Ministerio de Salud, de Trabajo, de Tecnología, baluartes en el desarrollo de un Estado y la sociedad”, con críticas al anterior gobierno de Mauricio Macri.
¿Y el acuerdo con el FMI?
Alberto Fernández dijo que no se pueden “repetir historias en materias económicas” y habló de las diferencias con el organismo multilateral: “Por eso nuestra pelea, por más que algunos se disgusten, con el FMI”.
El Presidente volvió a marcar las divergencias con el FMI: “Decimos que tenemos que tener derecho a crecer, según nosotros creemos cómo debemos crecer. Tener memoria, simplemente tener memoria”.
Más presión para el dólar y decisivo para la negociación con el FMI
Con una mano en el corazón: ¿Son muchos los que pensaban que, a esta altura, ya arrancado el año 2022, la Argentina todavía tendría pendiente dar pasos clave para asegurar su futuro de corto y mediano plazo?
Seguramente Martín Guzmán no está en ese lote de «pesimistas». El ministro viene prometiendo un acuerdo con el FMI desde hace al menos un año, cuando encabezó reuniones con financistas de Wall Street y también con funcionarios europeos.
Sin embargo, las negociaciones se encuentran estancadas y la distancia entre la postura del gobierno nacional y el staff del Fondo sigue sin reducirse. El acuerdo no está.
Podrían escribirse capítulos enteros con los argumentos oficiales para no cerrar. Pero el hecho concreto es que la Argentina está a punto de arrancar un mes clave para su futuro.
Para ser realistas: si durante febrero tampoco se llega a un trato con el Fondo Monetario, lo más probable es que no quede tiempo para evitar un atraso en los pagos al organismo. Un evento que no sería gratuito para la Argentina.
No es lo único. El segundo mes del año se caracteriza por la caída en la demanda de dinero, simplemente por una cuestión estacional.
Las idas y vueltas alrededor del acuerdo con Washington -recientemente matizadas por el viaje de Santiago Cafiero a la Casa Blanca- tensaron el mercado cambiario. La brecha terminó la semana por arriba del 100%, un nivel que de ninguna manera puede perpetuarse, y que de por sí ya le pone serios condicionamientos a la posibilidad de cerrar trato con el Fondo.
Esa tensión se evidenció la última semana, con un Banco Central que se vio obligado a vender dólares para asegurar la estabilidad del mercado oficial. Se sabe: no quedan demasiadas reservas para que se sostenga esta tendencia negativa.
La tensión en la brecha se da sin que el BCRA pueda intervenir, como hacía antes, y quitarle así volatilidad a la situación.
Volatilidad e incertidumbre por una posible negativa del FMI
La volatilidad e incertidumbre también plantea la posibilidad de nuevos cambios en el rumbo.
Una de las cuestiones a resolver en el nuevo mes tiene que ver con las tasas de interés. Se abre la posibilidad a un nuevo ajuste alcista. Así lo quisiera Miguel Angel Pesce. Guzmán resiste esa opción. En enero prevaleció la idea de que «todo no se puede» y finalmente hubo una corrección a la suba. Leve. A la espera del acuerdo que por ahora no llega.
La contraindicación de una suba así ya se conoce a la perfección: incrementa los costos de las empresas, entre otros puntos que desembocan en un enfriamiento de la actividad económica.
Por ahora, la crisis cambiaria y la incertidumbre no provocaron una salida de depósitos desde los bancos. Acaso éste sea el activo más favorable del momento. Una caída de las colocaciones en pesos sería muy grave para el mercado cambiario. De ahí que esa posibilidad sea alejada ofreciendo una mayor rentabilidad a los ahorristas.
El cierre del mercado, el último viernes, marca a todas luces que los tiempos se acortan. Que el costo de la demora en el acuerdo con el FMI es demasiado elevado.
Un reconocido banquero, ya sobre el cierre de las operaciones, se lamentaba en su diálogo con iProfesional: «El país es rehén de una discusión que nadie entiende. Y cuyos detalles se guardan bajo siete llaves en el despacho del ministro de Economía. Todo lo que está pasando es indefendible».
Acaso, el consultor político Raúl Timmerman, de reconocido acercamiento al oficialismo, fue el más ácido con su apreciación acerca de lo que está sucediendo. «¿Alguien sabe cómo sigue esto?», lanzó en su cuenta de Twitter.
Las próximas semanas serán clave para el futuro. Porque el calendario fijado con el FMI apremia; y también porque el calendario de liquidaciones de divisas impone una definición.
Todavía sin las liquidaciones de la cosecha gruesa, en medio de una sequía que llena de incertidumbre sobre la oferta de divisas a partir de abril, las tensiones sobre el mercado se van a extremar.
¿Será entonces febrero el mes de las definiciones? Para un lado o para el otro, así parece encaminarse la dinámica actual.
TN/IPROFESIONAL