El agronegocios de Argentina disparado los precios del valor del maíz, girasol y trigo, además de la soja. La guerra en Ucrania y su efecto
Agronegocio en problemas por el conflicto bélico
La decisión de Vladimir Putin de atacar Ucrania disparó, a la par de los bombardeos multiplicados en esta nueva guerra, los precios de los «commodities» y reavivó las expectativas en el ámbito del agronegocio doméstico. Por un lado, están quienes observan la contienda como un espacio de oportunidades para incrementar la exportación a partir de una demanda que se anticipa insatisfecha.
En la vereda de enfrente se ubican aquellos que señalan que el alza de precios pegará en los costos internos, con afectación directa en el valor de productos como la carne.
Además de incrementar el precio de la soja, el conflicto también se hará sentir en las cotizaciones del trigo, el maíz y el girasol, por mencionar algunos cultivos. Los valores ya venían subiendo por efecto de las complicaciones climáticas que afectan a las zonas productivas del continente americano. La guerra añadió combustible a un momento complejo para los agroexportadores.
Desde la consultora AgriTrend su titular, Gustavo López, sostuvo ante iProfesional que la suba del petróleo por efecto de la guerra iniciada, sumado a la caída de la cotización del rublo, redunda en un escenario de turbulencias para los precios internacionales de los granos. También, que el conflicto podría cambiar la nómina de principales comercializadores de cereales dada la zona donde ocurre la invasión rusa.
«La suspensión de exportaciones desde el Mar Negro incentiva el alza de costos y dispara los precios por la relevancia como productores de los países ahora en guerra. Rusos y ucranianos concentran casi el 30 por ciento de la oferta mundial de trigo. Todo ese abastecimiento para el mundo ahora entra en suspenso por el conflicto», dijo.
Agronegocios: la guerra Rusia versus Ucrania afecta la oferta
«Por otra parte, de los puertos de esa zona también sale el 60 por ciento del girasol y los aceites. El cierre de instalaciones a partir de la guerra afectará de un modo contundente la oferta. Ya tenemos precios disparados, hay que pensar que subirán mucho más», afirmó.
La cuenca del Mar Negro, justamente, es el epicentro del mercado mundial del girasol con Ucrania como el mayor exportador de aceite. «También subirá muy fuerte el maíz, es una zona con exportaciones que promedian los 40 millones de toneladas. La invasión rusa está cancelando puertos que son determinantes para la logística de los granos», comentó López.
«Los precios en general, con la soja a la cabeza –este jueves alcanzó los 634 dólares la tonelada–, seguirán la tendencia alcista de las últimas semanas. La guerra entre Rusia y Ucrania se suma a complicaciones que ya se vienen dando y empujan los valores. Las complicaciones climáticas en Estados Unidos y el hemisferio sur, ya venían elevando el precio de la soja. Las pérdidas en términos de producción registradas en Argentina, Brasil y Paraguay reavivaron la suba y ahora tenemos este nuevo escenario bélico», añadió.
Consultado respecto de la incidencia de la invasión rusa a Ucrania en la producción doméstica, López sostuvo que las posibilidades que se abren para los agroexportadores son positivas a partir de «precios que son espectaculares». Pero señaló que, si no aumentan y mejoran los cultivos, la venta al exterior no evidenciará grandes cambios.
Argentina en el problema de los costos
«Si se logra un techo de 41 millones de toneladas de soja y al menos 50 millones de maíz, habrá ingresos muy buenos para el país. Pero hay que ver cómo se desenvuelve la logística a partir de este conflicto. En cuanto al trigo, la perspectiva en cuanto a precios también es muy buena. Se habla de 250 dólares la tonelada para fines de este año», señaló.
Otras fuentes del sector agroexportador interpeladas por iProfesional también coincidieron en la perspectiva positiva para quienes producen soja, maíz, trigo y girasol. Pero también dieron por sentado que habrá un incremento fuerte de los costos para actividades como la ganadería.
«La cadena de producción está dolarizada. Y la alimentación de los animales depende por completo de los granos que ahora están incrementando su valor. Los ganaderos ya están preocupados porque entienden que el salto de los insumos como la soja y el maíz hará cuesta arriba el engorde. Y ese incremento también llegará de alguna forma al precio final de la carne», concluyó un especialista consultado.
Iprofesional