“Hasta acá, Nisman se suicidó”, dijo y agregó: “Espero que el fiscal Luciani no haga algo así”; defendió la inocencia de la vice y embistió contra el Tribunal
El Títere Alberto Fernández habló por primera vez en una entrevista televisiva tras los rumores sobre un posible indulto a la vicepresidenta en el marco de la causa Vialidad, donde es juzgada como presunta jefa de una asociación ilícita. “Me pareció que era oportuno venir a hablar”, dijo en la señal Todo Noticias.
Sobre la posibilidad de que Fernández de Kirchner obtenga un perdón presidencial, dijo: “Ella no quiere pensar en un indulto. Yo pienso lo mismo. Nunca cambié mi pensamiento. El indulto es algo del pasado, de la monarquía. Mi análisis es crítico respecto del perdón presidencial”. Luego, apuntó contra la Justicia.
“Es selectiva. Cuando uno ve lo que está pasando en la Justicia y en esta causa… veo la decadencia del sistema judicial y expreso ese decaimiento desde 2016…”, reprochó. El jefe de Estado criticó al fiscal Diego Luciani, al destacar que “dice poco y dice cosas como que un Gobierno es una asociación ilícita”.
En un momento de la entrevista y sin que se lo mencionaran, Fernández hizo una desafortunada comparación entre Luciani y Nisman. En un momento en el que le consultaron sobre la seguridad del fiscal, él dijo: “Alentar la idea de que le puede pasar a Luciani lo que le pasó a Nisman… hasta acá lo que le pasó a Nisman es que se suicidó. Hasta acá no se probó otra cosa. Espero que no haga algo así el fiscal Luciani”.
Tras la polémica declaración, prosiguió con las supuestas incongruencias existentes en el alegato del fiscal. “Luciani partió de una premisa insólita que decía que ella [en referencia a Cristina Kirchner] como Presidenta no podía saber lo que pasaba. Además, todos los delitos que le imputó [A Cristina Kirchner] son delitos que exigen dolo directo, es decir haber querido cometer el delito. ¿Cómo puede ser que saque esa conclusión?, resaltó.
Y acotó: “Dice también cosas tales como que un Gobierno es una asociación ilícita. Con toda franqueza, no lo conozco al fiscal Luciani, no sé cómo es su calidad doctrinaria, lo que sí digo es que es de una debilidad todo lo que ha dicho. Lo mismo había dicho para con Julio De Vido”.
A modo de resumen general sobre lo que él percibe es la causa Vialidad, insistió en que se trata de un proceso “insostenible jurídicamente”. A continuación, se mostró seguro de la inocencia de CFK: “En esta causa Cristina no tiene nada que ver, no tenga ninguna duda. ¿Quién va a querer ser presidente en la Argentina si se va a tener que hacer responsable de todo lo que pasa en su Gobierno?”. Como si fuera poco, el mandatario hizo extensiva la inocencia de Fernández de Kirchner a las demás causas en las que estuvo involucrada al sostener que “no cometió ninguno de los delitos que se le atribuyen”.
Una vez más, se centró en los aparentes desmanejos en la obra pública y remarcó: Todas las operaciones de las que habla son operaciones registradas, escrituras, cheques, depósitos en bancos. Que una Presidenta haga negocios inmobiliarios con una persona que estaba contratada por el Estado es una cuestión ética no es una cuestión penal”.
Fernández aprovechó para hacer un pequeño apéndice y pronunciarse sobre Julio De Vido. Se sinceró y dijo “no conozco el caso puntualmente”. Respecto de José López, no fue tan benevolente: “El caso de López, ¿Qué quieren que diga? Un señor que andaba con nueve millones de dólares a las cuatro de la mañana. Cristina expresó claramente su decepción hacia él”
A pocos días del pedido de Luciani por 12 años de prisión efectiva contra Fernández de Kirchner, junto con la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos y el decomiso de parte de su fortuna, el Jefe de Estado alertó: “Quiero que todos los argentinos entiendan que con estas lógicas se construyen doctrinas que después son muy peligrosas”.
En relación a su vínculo con la vicepresidenta, admitió haber deslizado críticas en su contra -puntualmente a partir de 2015. Sin embargo, aclaró contar con la “certeza” de que “Cristina es una mujer honesta”. “Ella no ha participado en nada de lo que le están diciendo”, volvió a decir Fernández: “Tampoco dudo de la honestidad de Néstor”. “Le estamos cuestionando que hacía negocios, operaciones inmobiliarias con alguien que estaba vinculado al Estado”, sostuvo.
Y completó: “Ni Cristina ni yo queremos defender ningún acto de corrupción. A nosotros no nos une la búsqueda de impunidad, nos une la búsqueda de Justicia. Es momento de que prestemos atención a lo que está pasando con la justicia, porque este juicio es un disparate jurídico respecto de Cristina Kirchner. Estamos hablando de una causa donde hay 51 obras cuestionadas y se han hecho pericias sobre cinco. Es de una falta de seriedad asombrosa”.
El Presidente habló luego sobre el estado de alerta y movilización que promueven y pregonan los sectores kirchneristas en caso de que se dicte condena firme contra la vicepresidenta. “A mi no me preocupa que la gente salga a la calle”, aseveró. Y celebró: “creo que tenemos que generar una gran movilización para defender la democracia, los derechos humanos y pedir por una Justicia independiente. Estar en las calles no quiere decir ser violentos”.
“Ya nadie cultiva la violencia. La primera que no cultiva la violencia es Cristina, quien nos mostró lo que estaban haciendo en la puerta de su casa, que los primeros grupos llegaron a su domicilio para insultarla como hace habitualmente. La lógica del escrache, del insulto no se soporta más en la Argentina”, reivindicó.
Durante los últimos tramos del diálogo televisivo, el líder del oficialismo habló por unos pocos minutos sobre la pérdida de poder en el Gobierno y los recurrentes cambios en el gabinete. “El Presidente soy yo”, afirmó si titubear. Acto seguido, se refirió a las modificaciones que sufrió el Ministerio de Economía -entre otros ministerios- que hoy preside Sergio Massa. Si bien no habló de la actual presidente del Banco Nación Silvina Batakis, sí apuntó contra Martín Guzmán.
“La salida de Martín generó una crisis muy grande, la forma en que se fue. El modo en que él tomó la decisión le hizo mucho daño a la Argentina. Me avisó cuando ya había hecho todo. En algún momento lo que queríamos hacer es recuperar un orden que se había perdido en el Gobierno y muchos aprovecharon para lastimarnos”, señaló para terminar.