La ladrona improviso un escenario para hablar a la turba que convoco por distintos medios, algo mal llamado «vigilia»
Tras los enfrentamientos en Recoleta, y luego del mensaje de Horacio Rodríguez Larreta, Cristina Kirchner dirigió un discurso desde un escenario montado en las inmediaciones del edificio donde vive. Desde el cruce de Juncal y Uruguay, la vicepresidenta mantuvo sus críticas al gobierno porteño por el vallado y el enfrentamiento registrado este sábado.
La vicepresidenta agradeció a los manifestantes, que se movilizaron en distintos puntos del país y, en esa línea, hizo mención a los incidentes de este sábado. “En el único lugar donde hubo escenas de violencia fue en la ciudad de Buenos Aires, y en la puerta de mi casa, provocadas por lo que llamó el odio hacia la alegría y el amor de los peronistas”.
“Desde el día martes, quien les habla ha sufrido un permanentemente hostigamiento de personas que vienen a insultar y a lanzar amenazas de muerte. Nunca vi a la Policía de la Ciudad intervenir”, agregó. “Soy ciudadana también y pago mis impuestos igual que todos”, señaló en una crítica hacia el gobierno porteño.
Cristina sostuvo que las expresiones de respaldo que recibió durante estos días se realizaron sin violencia y desestimó los cuestionamientos de la Ciudad por los incidentes en la vía pública. “La gente acá se manifiesta pacífica y alegremente”.
La expresidenta habló de situaciones agraviantes y de amenazas como “orcas y guillotinas” con las caras de los dirigentes del Frente de Todos. “Es increíble el grado de cinismo y de perversión de no asumirse y de hacerse cargo de lo que quieren, que fue siempre exterminar el peronismo”, afirmó entre los cánticos de los simpatizantes.
Además, Cristina Kirchner hizo un llamado a la oposición, de cara a las elecciones del próximo, y pidió no lanzar una competencia “de odio”. “La oposición se pelea por quien odia más al peronismo”, consideró.
“Tenemos que pedirle a la oposición, sobre todo ahora que se avecina una nueva campaña presidencial, que dejen de competir entre sí para ver quien odia más, y quien le pega más a los peronistas. Olvídense de eso”. Señaló el castigo de las movilizaciones y las manifestaciones populares “nunca llegaron a buen puerto” en el país.
También agradeció la “lealtad” de los manifestantes que se acercaron durante estos días a su residencia y a quienes mantuvieron una acampe, luego que se conociera el pedido de condena de 12 años de prisión en su contra.
“Quería decirles gracias y pedirles que vayamos a descansar porque ha sido un día muy largo. Muchas gracias a todos”, cerró.
“Casa sitiada”
La exmandataria había cuestionado el sábado al mediodía, a través de una publicación en sus redes, el vallado que había colocado la Ciudad horas antes. “Hoy amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada. Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación. Son algo más que sitiar a la vicepresidenta de la Nación”, disparó.
Y agregó: “Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial”.
Por su parte, en una conferencia de prensa más temprano, Horacio Rodríguez Larreta defendió el accionar de la Policía de la Ciudad. “Una cosa es una manifestación, y otra un plan organizado del espacio público”, lanzó. Le pidió a la vicepresidenta que llamara a una desconcentración pacífica de la zona.
Con información de la Nación