La sesión fallida en la Cámara de Diputados expuso el doble discurso de la oposición. A pesar de las rimbombantes declaraciones en defensa de la educación pública, menos de 24 horas después de las movilizaciones masivas en todo el país, no hubo quórum para tratar la emergencia presupuestaria en las universidades nacionales y restablecer la vigencia del FONID.
De los 129 legisladores necesarios para sesionar, solo 124 se sentaron en sus bancas. La mitad del recinto estaba vacía, y quienes faltaron incluyeron a varios que previamente se habían manifestado a favor de la educación pública. La gran incógnita era si los 34 radicales bajarían o no, ya que su presencia era crucial para el éxito de la sesión.
Algunos radicales críticos del gobierno de Javier Milei ya habían bajado, pero otros seguían reunidos afuera del Palacio. La interna de la UCR terminó siendo decisiva para la caída de la sesión.
En este contexto, Rodrigo de Loredo, alineado con los gobernadores radicales, sostenía que dar quórum los haría quedar “pegados” al kirchnerismo. Mientras tanto, la tropa que sigue a Facundo Manes también debatía sobre la estrategia.
En resumen, la falta de quórum puso de manifiesto las tensiones internas y el doble discurso de algunos legisladores en relación con la educación pública.