MOFFET FIELD (EEUU), 6 Dic. (Reuters/EP) –
El planeta más parecido a la Tierra descubierto hasta ahora se encuentra a 600 años luz, orbitando alrededor de una estrella similar al Sol, lo que supone un hallazgo clave en la permanente búsqueda de vida más allá de nuestro planeta, según los científicos.
El planeta, bautizado como Kepler-22b, se une a una lista de más de 500 planetas que orbitan alrededor de estrellas más allá del sistema solar. Es el más pequeño y el mejor situado para tener agua líquida en su superficie, uno de los factores decisivos para la vida en la Tierra.
«Nos estamos concentrando en los auténticos planetas habitables y de un tamaño similar a la Tierra», ha explicado la astrónoma de la Universidad de San José Natalie Batalha, número dos del equipo científico del Telescopio Espacial Kepler de la NASA que descubrió la estrella.
El telescopio, que fue inaugurado hace tres años, estudia unas 150.000 estrellas en las constelaciones Cisne y Lira en búsqueda de cambios de luminosidad provocados por el paso de planetas en su órbita, respecto a la línea de visión de Kepler.
Los resultados se extrapolarán para determinar el porcentaje de estrellas en la Vía Láctea que acogen planetas potencialmente habitables y del tamaño de la Tierra.
Este es el primer hallazgo de un mundo potencialmente habitable que orbita una estrella similar al Sol, han indicado los científicos sobre un descubrimiento que se va a publicar en ‘The Astrophysical Journal’.
Los planetas que se encuentran a aproximadamente a la misma distancia de sus estrellas que la Tierra del Sol tardan alrededor de un año en completar la órbita.
Los científicos quieren ver al menos tres pasadas para poder descartar otras explicaciones para las fluctuaciones en la luz de una estrella, como pequeñas estrellas anexas. Los resultados también se verifican con otros telescopios espaciales y terrestres.
«ZONA HABITABLE»
Kepler-22b, que tiene aproximadamente 2,4 veces el radio de la Tierra, se encuentra en la llamada «zona habitable» de la estrella, que sería la región en la que el agua líquida puede existir en su superficie. Se están elaborando más estudios para determinar si el planeta es sólido, como la Tierra, o más gaseoso, como Neptuno.
«No sabemos nada de los planetas que tienen entre el tamaño de la Tierra y el de Neptuno porque en nuestro sistema solar no tenemos ejemplos de este tipo de planetas», ha explicado Batalha en una rueda de prensa este lunes en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffet Field, California.
«No sabemos qué fracción va a ser sólida, qué fracción van a ser mundos marinos, qué fracción van a ser mundos helados. No lo sabremos hasta que no midamos uno y lo veamos», ha precisado.
Si Kepler-22b tuviera una superficie y un colchón de atmósfera similar al de la Tierra, tendría unos 22 grados centígrados, es decir, como un día primaveral en la zona templada de la Tierra.
Entre los 2.326 planetas candidatos encontrados por el equipo Kepler, unos diez tienen un tamaño parecido a la Tierra y se encuentran en las zonas habitables de sus estrellas.
Otro equipo de astrónomos con financiación privada está escaneando los planetas objetivo en búsqueda de señales de radio producidas de modo no natural, parte del proyecto conocido como SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, por sus siglas en inglés)
«En cuanto encontremos un ejemplo diferente, separado e independiente de vida en otro lugar, vamos a saber si es omnipresente en todo el universo», ha afirmado la astrónoma Jill Tarter, directora del Instituto SETI en Mountain View, California.