Empresarios y trabajadores de la construcción están sumamente preocupados. La obras públicas anunciadas no se concretan y las privadas se estancan.
“Esto le hace daño a muchas familias”, le dijo a DIARIO HUARPE un empresario de la construcción, y luego añadió: “Al no haber obras la ocupación de obreros y profesionales es nula, al igual que las compras a ferreterías y a todos los comercios que nos nutren con materiales”.
Entre los razonamientos que intentan despuntar verdades, miembros del sector creen que por estos tiempos se está atravesando una inercia tensa, producto de una incertidumbre generalizada.
Según se dice la actual situación económica que engloba temas como dólar, importaciones, inflación, combustibles, y más, son los causales de la desaceleración de los ritmos de las obras que están en plena construcción, y el congelamiento de los proyectos que estaban en carpeta para principios de marzo. “La frase que hoy se repite y se escucha hasta el hartazgo”, manifestó el empresario, y agregó: “Vamos a esperar un poco más”.
Lo cierto es que ya se está en las postrimerías del primer trimestre del 2012 y ya muchos de los constructores locales lo consideran uno de los peores y sin lugar a dudas un trimestre para el olvido.