Se trata de la primera Cumbre de la que participará la Presidente desde la asunción de su segundo mandato, y del segundo viaje al exterior. La reunión está precedida por la polémica por la no inclusión de Cuba, que generó la decisión del presidente del Ecuador, Rafael Correa, de no participar del encuentro.
La Argentina buscará llevarse de la Cumbre una declaración a favor de su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, algo que seguramente ocurrirá, tal como anunció ya la canciller colombiana, María Ángela Olguín.
Pero además, la trascendencia del encuentro está dada por un posible encuentro bilateral con el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, luego de los últimos cruces entre ambos países.
De todas formas, aún no trascendió si la mandataria argentina mantendrá encuentros bilaterales, cosa que suele ocurrir cada vez que hay un encuentro internacional de presidentes.
De cara a esa cumbre, Estados Unidos anticipó que desea una asistencia total en la Cumbre de las Américas, pero la ausencia de Correa ya dio por tierra con esa posibilidad.
Bogotá se abstuvo de extender una invitación a la isla comunista aduciendo que no había consenso al respecto entre los países de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Estados Unidos se había opuesto a la posibilidad de la asistencia de Cuba, toda vez que este país no desea reincorporarse a la OEA, lo que le obligaría a suscribir la Carta Democrática Interamericana.
La OEA levantó en 2009 la suspensión de Cuba que había estado vigente desde 1962 y dejó de parte de La Habana iniciar las gestiones para su retorno.
En tanto, el presidente venezolano, Hugo Chávez, aliado al gobierno cubano, advirtió que esta Cumbre de las Américas deber ser «la última» sin la participación de la isla.
La Argentina comparte el reclamo de integración de Cuba, como hace varios años viene planteando el gobierno brasileño: «Esta tiene que ser la última cumbre en la que no participe Cuba», expresó el canciller Héctor Timerman hace poco en Brasil.
En la agenda de la Cumbre se encuentra la integración “de las Américas”, la prevención de desastres naturales, la necesidad de reforzar el acceso a la tecnología, y la seguridad, con énfasis en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.