El disparador fue un escrache al conductor televisivo Claudio María Domínguez,y con ello el consiguiente desastre nacional. Ahora todo parece en nebulosa.
Ahora nos encontramos en punto caramelo para aclararlo.
La relación del conductor televisivo no debe influir en sus elementos probatorios, a raíz de denuncia de abusos; y que relaciona a el maestro amor, pero que el libro del conductor despega la posibilidad de creer en alguien ya que, en más o menos términos habla de una cuestión de ser uno el eje del cambio.
No obstante seguimos diciendo que es absolutamente visible la creencia de que la minería no es contaminante, habiendo pruebas contra ella como las entregas por la CEDHA. Que también este conductor demostró su aprecio por San Juan, confundiendo la provincia con la figura del Gobernador y almuerzo de por medio. Cosa que sería como decir que alguno de nosotros quiere a Siria y por eso le creemos a Al Asad, en un aspecto de amor al pueblo sirio.
Pero fuera de estos factores, así debió promover al maestro amor, tal vez.
LO MALO DE LAS CRÍTICAS A LAS SECTAS:
La no renovación de la fe, la enmarcación oscura en lo estanco desde lo cultural.
LO BUENO DE LA CRÍTICA A SECTAS
Una valoración que permite entender la no admisión de abusos sexuales ni sacrificios físicos que lesionen la integridad humana.
La discusión en los medios: estriba en este momento, que por acto circunstancial de uno sólo, cualquier cosa puede convertirse en un acto sectario. Cuando en la realidad en democracia y marcos de libertad, no tiene nadie porque ser investigado por su creencia, descartando así prácticas que atenten contra el individuo desde su resguardo de la integridad propia.
EL BOCADO RELIGIOSO:
Las religiones instituidas, quieren argumentar que ciertas literaturas no lo pone a Dios como ser supremo, ya que la auto determinación humana para resolver sus conflictos cava hondo en su estructura de forma dañina. Empero que se puede creer en Dios o dioses, pero la resolución humana de los conflictos es la que nos lleva a vivir en un estado laico, como así en los campos de las leyes y la política. Pero que las prácticas que lastiman la libertad es moneda corriente en toda creencia y hasta las creencias grupales, que no incluyen ninguna divinidad; pero repitiendo que estas prácticas humanas de discursos y hechos, no deban afectar la integridad física o sexual del ser humano. Ahí es donde cualquier combate se debe hacer para regular mejor o entablar marcos legales, no en el hecho de un grupo, mayúsculo o minúsculo que crea y piense a gusto y/o se congregue para tales fines.
REDACCIÓN DE https://www.fmcosmos.com.ar/ y http://andreszpoliticaycultura.blogspot.com.ar/