La nueva estrategia del Gobierno, sin anuncios y pegando a enemigos.
Impulsados por la AFIP y los controles, el dólar paralelo tocó un récord y se fueron más depósitos. Fue entonces cuando cedió la presión, se calmó el mercado y el Gobierno subió la cotización oficial.
El Gobierno incrementó en el último mes el ritmo de devaluación del peso y la depreciación de la moneda nacional este año podría más que duplicar la registrada en 2011, según el análisis coincidente de economistas y operadores del mercado. La estrategia oficial se da en momentos críticos para el dólar, debido a la suba en la cotización del “dólar paralelo” a niveles récord en las últimas dos décadas, los férreos controles de la AFIP y una ola de rumores, entre los que se incluyen un nuevo impuesto a las transacciones de divisas, negado oficialmente.
El Banco Central dejó deslizar el tipo de cambio más de 1% en lo que va de mayo y cerca de 1,3% en el segmento mayorista, lo que significaría, anualizada, una depreciación nominal de entre 13% y 16%; es decir, el doble del 7,5% registrado en 2011 y el triple de 2010. Como si no fuera suficiente, en el mercado a futuro, el dólar se cotiza en promedio con una suba anual de entre el 14% y el 20%, en este último caso cuando no interviene la autoridad monetaria, según coincidieron tres operadores del mercado cambiario consultados por PERFIL. Una devaluación del 20% llevaría al dólar a 5,4 pesos.
“Mayo se resume de la siguiente manera: fuerte liquidación de divisas de exportadores, nula o muy escasa demanda minorista por las trabas de la AFIP y un Banco Central que interviene todos los días comprando buena cantidad y barriendo con todas las ofertas alcistas, lo que impulsa día a día el dólar mayorista”, sintentizaron en una corredora. Los reportes de ZonaBancos, a cargo de Carlos Risso, dan cuenta de la escalada del mayorista de $ 4,418 a $ 4,47, cuando todavía no termina el mes. Hasta anteayer, el oficial ya había aumentado $0,06, la suma mensual más alta del año.
La “devaluación fina” pero sostenida pareciera aprovechar la atención mediática sobre el dólar paralelo –que esta semana superó los $ 6 y comenzó a afectar la actividad económica al ser tomado como referencia–, los economistas, casi al unísono, apoyan la estrategia oficial e incluso proyectan cifras. Analytica, de Ricardo Delgado, sugiere “un deslizamiento mayor del tipo de cambio” junto con mayores tasas de interés pasivas en pesos, a fin de calmar la crisis por el dólar. Ecolatina, E&R, Orlando Ferreres, Bein y Econviews advierten en sus últimos informes por el retraso del tipo de cambio real. Hablan de “correcciones” y “ajustes”.
Coinciden en que los productos argentinos perdieron competitividad porque la inflación supera a la devaluación. Algunos análisis especulan con que, a partir de 2007 hubo una inflación de 57%, según el Indec, y del 217% de acuerdo con los cálculos privados, pero el peso se devaluó sólo 46 por ciento. De trasladarse la tasa del Indec a la cotización del dólar, su precio debería estar en $4,82, aunque de ajustarse según el cálculo privado, debería estar en nueve pesos.
La depreciación del real brasileño suma presión: en el último año se devaluó 25% y encareció los productos argentinos. Claudio Zuchovicki, gerente de la Bolsa porteña, consideró que un peso competitivo debería estar a $ 2,4 por real. Eso supone una depreciación del 15%; es decir, hasta $ 5,16 por dólar, pero no una megadevaluación”. Un “dólar a $ 5 no debería ser un escándalo, pero necesitamos bajar la inflación”, dijo un ex funcionario del Banco Central.
¿Retroceso? En la semana que pasó, el Gobierno debió retroceder en su férreo control cambiario a través de los controles de la AFIP. Desde el miércoles permitió más ventas de dólares, aunque selectivas y en baja cantidad. Hubo dos motivos: el ritmo acelerado de salida de depósitos en divisa de los bancos por poco menos de US$ 900 millones y la escalada del dólar paralelo, que llegó a 6,13 pesos.
La presidenta Cristina Kirchner desestimó ayer una escalada mayor (ver aparte), algo fogoneado por una oleada de rumores. Un supuesto impuesto a la compra-venta de divisas, una nueva ley de blanqueo y el pago de deuda en dólares con pesos formaban parte de esas versiones.
‘Ex ante’… de que sea muy tarde
La obligación de los turistas argentinos que viajen al extranjero de informar a la AFIP detalles de su travesía forma parte de la última norma “antidólar” de la agencia recaudadora, “pero no la última ni la más abarcadora”, aseguraron fuentes oficiales a PERFIL.
El recaudador Ricardo Echegaray está obsesionado con el latinismo ex ante, cuyo significado es “antes del suceso”. Los sabuesos del organismo, según las fuentes, están abocados a “generar servicios” que apunten a capturar a los contribuyentes impuros “antes de que compren dólares, antes de que viajen, antes de que cambien el auto y así sucesivamente”.
Según la resolución que se publicará el lunes en el Boletín Oficial, quienes adquieran paquetes de viajes al exterior a través de operadores turísticos deberán informar fecha del viaje, motivo, medio de transporte y cuántos dólares necesita adquirir, entre otros puntos. La mayoría de esos datos suelen estar en poder del organismo, aunque con una demora de tres meses, lo que tarda el Ministerio del Interior en transferir la información.