Aunque afirma que ésa es la manera de comunicar los logros del modelo, evita hace 14 días celebrar la expropiación de la imprenta de billetes. El comunicado.
«Si no lo hiciéramos por cadena nacional nadie se enteraría de estas cosas», proclamó la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a principios de agosto al inaugurar una refinería de YPF en Ensenada, para justificar el uso de las cadenas nacionales, que ya utilizó 17 veces en lo que va del año.
Es que, desde que el Gobierno retomó el control de la petrolera, en mayo pasado, la mandataria dedicó varios de sus largos monólogos por cadena nacional a destacar el «logró» del modelo K y defender el cambio en la matriz energética nacional. Pero lo mismo no ocurrió con la estatización de la Compañía de Valores Sudamericana, ex Ciccone, la empresa que protagoniza el Boudougate.
Después de meses de idas y venidas judiciales y acusaciones contra el vicepresidente, el 7 de agosto el gobierno decidió intervenir la ex Ciccone. Luego se anunció un proyecto para estatizar la empresa, que la oposición denunció como un intento por borrar posibles evidencias que podrían complicar a Boudou ante la justicia.
El 16 de agosto, el Senado dio media sanción a la estatización y una semana después el proyecto fue aprobado en la Cámara de Diputados. Recién el 29 de agosto, quedó promulgada la ley que ponía a Ciccone en manos estatales conun escueto comunicado sobre la publicación en el Boletín Oficial.
Esta vez, no hubo discursos glandilocuentes sobre «recuperación de la soberanía»: la Presidenta no dedicó ni una de las cadenas nacionales, ni un discurso en un acto desde que envió el proyecto al Congreso a hablar del tema. El tema quedó en manos de sus funcionarios y de los legisladores kirchneristas en el Congreso. Así, la estatización de Ciccone va camino a convertirse en el primer logro silencioso del Gobierno.
FUENTE: PERFIL