Cuando era una estudiante en la Universidad de Princeton, libros comoThe Hot Zone y Virus Hunters cautivaban a Rebecca Levine, lo que la inspiró a volverse una detective de enfermedades.
Quince años después, la teniente Rebecca Levine, una funcionaria nueva con el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, salió de un avión en África occidental para combatir el ébola, lista para implementar la estrategia clave que pensó: el rastreo del contacto.
El proceso que ayudó a detener enfermedades como SARS y la viruela parece sencillo: encuentra a todos los que tuvieron contacto cercano con individuos con la infección y rastréalos durante 21 días. Si cualquiera de esos contactos está enfermo, aíslalo de la comunidad y repite el proceso al rastrear los contactos de los contactos.
Pero rastrear solo funciona si tienes una lista de contactos y sus direcciones. Cuando Levine llegó a la oficina del Ministerio de Salud en Sierra Leona, encontró que la base de datos que necesitaba “prácticamente estaba en ruinas”.
Las direcciones de muchos contactos no estaban o eran imprecisas como “en la calle de la granja”. En total, solo entre el 20% y el 30% de los contactos en la base de datos tenía una dirección utilizable.
Eso significaba que los rastreadores de contactos locales no podían hacer sus trabajos apropiadamente.
«Realmente no estaban familiarizados con lo que era el rastreo de contactos”, dijo. “Y no tenían los recursos que necesitaban”.
Según las Naciones Unidas, solo 16 de las 44 zonas en África occidental tienen un rastreo de contactos suficiente.
Esta incapacidad de rastrar completamente a los contactos es una gran razón; quizá la mayor razón, por la que el brote de ébola continúa fuera de control, de acuerdo con funcionarios de salud pública y expertos.
«Hay mucha infección allá afuera. El rastreo de contactos fracasa. Entonces tienes un verdadero problema”, dijo el 28 de agosto el médico Bruce Aylward, director asistente-general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los principales funcionarios de la OMS dijeron que no hay rastreadores de contacto suficientes para terminar el trabajo, y la organización prevé un “aumento exponencial” en la cantidad de casos de ébola en las próximas semanas.