Oaxaca ha sido la piedra en el zapato de la reforma educativa en México. Este Estado pobre del suroeste del país es el fortín del grupo sindical de maestros que con más ferocidad se ha opuesto a la medida, que fundamentalmente supone un cambio en las condiciones laborales de los profesores —hasta ahora algunos maestros heredaban la plaza— y una recentralización de algunas competencias —como el pago de nóminas— en el Estado federal. El Gobierno ha vuelto a apuntarse otro tanto con el anuncio este martes de una remodelación completa del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO). Este organismo de gobierno educativo local, donde reside gran parte del poder del sindicato, desaparecerá y será reemplazado por una nueva entidad que echará a rodar el curso lectivo que empieza en agosto.
Para el anuncio oficial de la medida se acercaron hasta Oaxaca, el secretario de Educación, Emilio Chuayfett, y el portavoz de la Presidencia, Eduardo Sánchez, que arroparon en la rueda de prensa al gobernador del Estado, Gabino Cué Monteagudo, en una muestra más de la importancia simbólica que tiene esta región en el nuevo mapa docente, que tiene por delante el reto de sacar a la educación pública mexicana del último puesto de la lista de 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La sección oaxaqueña de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la facción del sindicato de maestros que con más determinación se ha enfrentado a la reforma, llegó a poner en jaque la celebración de las pasados comicios de junio con varios ataques a oficinas electorales y quemas de papeletas. Tal fue el órdago, que apenas unos días antes de las elecciones el Gobierno anunció que suspendía «indefinidamente” las pruebas de evaluación de los maestros, una de los elementos centrales de la reforma. Dos semanas después, pasada ya la resaca electoral, el Ejecutivo reactivó las pruebas.
“El nuevo organismo será un espacio laboral de servicio público que no admite el abuso de poder, el tráfico de influencias y las prácticas indebidas”, señaló el gobernador. “Los puestos ya no serán ocupados por ningún maestro en servicio ni por representantes de maestros. No habrá maestros en la administración del nuevo instituto”, sentenció por su parte el Secretario Chuayfett. La CNTE fue uno de los interlocutores clave en la creación de la IEEPO en 1992. El entonces gobernador priista Heladio Ramírez concedió al sindicato amplias competencias como las designación de directivos y financiación.
Los representantes de CNTE han definido la medida como “una provocación para el magisterio”. Rubén Núñez, el líder de la belicosa Sección 22, criticó la ausencia de dialogo con el Gobierno estatal: “No hemos sido notificados y estas decisiones deben seguir un protocolo oficial pero también político. Estamos preparados para seguir saliendo en defensa de la educación”. En previsión de nuevas protestas por parte de los maestros, unos 10.000 policías fueron movilizados por el Estado nada más anunciarse del decreto que da por finiquitado el órgano de gobierno educativo.
fuente EL PAÍS