«Carniel, cuidate mucho y cuidá a tu familia. Ya nos generaste muchos problemas. La van a pasar muy mal.» El mensaje intimidatorio, que estaba escrito en letras mayúsculas y desde el teclado de una computadora, tenía como destinatario al fiscal coordinador del Chaco, Federico Carniel, que representó al Ministerio Público en el juicio del denominado caso Carbón Blanco.
Se sospecha que es una amenaza vinculada al narcotráfico, por lo que la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, decidió reforzar la custodia del funcionario, medida que se instrumentó de inmediato.
Carbón Blanco fue uno de los casos más importantes de contrabando de cocaína desde la Argentina hacia España y Portugal. La investigación, iniciada en 2012, se convirtió en un caso emblemático no sólo por sus dimensiones, sino también por las relaciones de los miembros de la organización.
Durante el proceso, se probó que la organización traficó más de 1000 kilos de cocaína a Europa. La droga era camuflada en cargamentos de carbón vegetal que salían de una planta situada en la ciudad de Quitilipi, en el Chaco.
La de ayer no fue la primera vez que Carniel recibió amenazas. En pleno juicio, en junio pasado, él y su colega Carlos Amad fueron blanco de otro mensaje intimidatorio.
Ayer, el nuevo mensaje amenazante fue colocado en el parabrisas del auto de la esposa de Carniel, en Resistencia. El representante del Ministerio Público hizo la denuncia por la amedrentación y le ampliaron la custodia que tiene de la Gendarmería Nacional.
Así lo confirmó el Ministerio de Seguridad nacional en un comunicado y anticipó que se realizarán las investigaciones pertinentes para averiguar el origen de las advertencias.
El juicio por Carbón Blanco terminó en septiembre pasado. Los jueces Eduardo Belforte, Ramón González y Aldo Alurralde condenaron a los jefes de la banda, el abogado Carlos Salvatore y el empresario futbolístico Patricio Gorosito, a penas de 21 y 19 años de cárcel, respectivamente.
Los otros imputados, Juan Carlos Pérez Parga y Héctor Roberto, fueron sentenciados a 17 años, mientras que Rubén Esquivel fue condenado a 12 años.
El mes pasado, Gorosito fue beneficiado con la prisión domiciliaria. Volvió a su casa en Arroyo Seco, en 3 de Febrero al 1200. «El tribunal entiende que el estado de detención agrava su patología (sufre hipertensión y problemas cardíacos) y le implica un trato indigno, cruel y degradante que excede la finalidad del cumplimiento de la pena», sostuvieron los jueces González y Belforte.
La junta médica que lo revisó había propuesto su traslado al sector de cuidados médicos de Ezeiza o a su domicilio. Los magistrados de Resistencia prefirieron que fuera enviado a su vivienda particular.
Conexiones con Grondona
El fiscal Carniel apeló la resolución que benefició a Gorosito porque entiende que existe peligro de que el condenado se fugue.
Como se recordará, Gorosito es quien reconoció ser el testaferro del ex presidente de la AFA Julio Grondona. Aseguró que el estadio para 12.000 espectadores, con siete canchas de entrenamiento y un hotel cuatro estrellas que luego vendió a Rosario Central, según él, por 16 millones de dólares, en realidad pertenecía a Julio Grondona, el fallecido presidente de la AFA.
La construcción de ese club sin socios ni hinchada, que competía en el Argentino A, estuvo a cargo de una empresa del yerno del ex vice de la FIFA Genaro Aversa, dueño de Constructora Deportiva SA.
«El club Real Arroyo Seco era de Julio Grondona. Cuando se lo vendí a Rosario Central la plata se la llevó él y yo me quedé con algo», reveló Gorosito a LA NACION en junio.
fuente LA NACIÓN