El Gobierno no lo difundió, pero en el imponente operativo de seguridad que abarcó las 48 horas de Barack Obama en la Argentina hubo agentes de inteligencias argentinos mezclados entre los enviados de la CIA y el Servicio Secreto de los Estados Unidos. Los agentes de la Agencia Federal de Inteligencia estuvieron activos en el anillo más cercano de los tres desplegados en Buenos Aires para proteger la figura de Obama y antes habían formado parte de la avanzada norteamericana en el Llao Llao, previo al viaje del presidente, donde se elaboró un protocolo de trabajo.
La CIA y el SS, aunque no serían los únicos, podrían ser dos espejos en los que intentaría reflejarse la AFI durante la administración macrista. «Yo no quiero que la inteligencia sea utilizada para meterse en la cama de opositores y periodistas. Quiero que nos proteja del narcotráfico», suele decir Mauricio Macri desde su llegada a la Casa Rosada. Claro, otros presidentes han prometido lo mismo. La tentación, asumen incluso quienes creen en sus buenas intenciones, es grande. Le ha pasado a todos los que estuvieron en el sillón más caliente de Balcarce 50. Pero Macri dice que él lo ha sufrido en persona desde sus tiempos de presidente de Boca e insiste en que la AFI deberá cambiar la imagen durante su gestión. «La gente debe sentirse protegida de los narcos y del terrorismo, no espiada. Por eso votó Cambiemos», sostienen en el entorno presidencial.
Detrás de ese objetivo de cambiarle la cara a la ex SIDE, el director general, Gustavo Arribas -el llamado «señor 5» y la subdirectora, Silvia Majdalani -«señora 8»-, trabajan sobre un proyecto para crear un campus de inteligencia. El lugar concentraría todo: los empleados administrativos y de recursos humanos, la base de datos, los salones destinados a capacitación y materiales de estudio, el centro de entrenamiento para los actuales y futuros agentes y hasta las antenas, con las que -dicen en la AFI- se ocuparán de las cuestiones relacionadas con los sistemas internos de seguridad y de los ataques externos, especialmente de los hackers.
El nuevo campus pasaría a absorber a la Escuela Nacional de Inteligencia, que funciona en la actualidad en el edificio de la calle Libertad, en Recoleta. «Hoy es una escuelita. Nosotros pensamos en un lugar para adiestrar en serio a los espías, donde haya por ejemplo desde un polígono de tiros de avanzada hasta espacios para que los estudiantes puedan cursar distintos idiomas y estén apoyados por un tratamiento psicológico», afirman quienes trabajan en el proyecto. También hay un propósito político evidente: tratar de apagar el fuego que envuelve a la casa de los espías desde la traumática partida de su ex hombre fuerte Antonio “Jaime” Stiuso.
Por supuesto que en el oficialismo le restan trascendencia a que la movida tenga que ver con la polémica salida de Stiuso. «El objetivo central -sostienen- es combatir el narcotráfico, que es una de las principales promesa de campaña de Mauricio. Queremos un lugar que se destaque por la inversión en tecnología sofisticada y una actualización constante . Y proponemos crear una carrera de inteligencia en serio a partir de acuerdos con universidades para tener los mejores cuadros».
Hay quienes trazan un paralelismo con lo que fue la creación de la Policía Metropolitana en la Ciudad, al poco tiempo de que Macri asumió como jefe de Gobierno, en 2007. «Pensamos en algo que quede para cuando ya no estemos en el poder. La seguridad de ataques internos, pero también externos, es una de las preocupaciones de la gente», advierten en el oficialismo.
Por ahora es un enigma de dónde van a salir los recursos para el campus, entre otras cosas porque los propias macristas reconocen que la iniciativa podría generar polémica con la oposición. El primer paso en el que trabajan Arribas y Majdalani, además de viajar por distintas partes del mundo para tomar ideas para el campus, es encontrar un predio gigante para sentar las bases del campus. Algunos funcionarios que trabajan bajo su mirada, confían en que el Estado dispone de muchos terrenos ociosos. «Algún lugar vamos a conseguir. Lo más importante es que tenemos el apoyo del Presidente», confían.
fuente CLARÍN