El caso de la periodista que puso en la pantalla de C5N la dirección del juez Claudio Bonadio para que los militantes kirchneristas pudieran hacerle sentir su parecer por su actuación en la causa que involucra a Cristina Kirchner parece ser una metodología asentada entre el «cristinismo» ortodoxo. Pueden dar testimonio de ello los senadores del FPV que habían decidido apoyar el proyecto de ley de pago a los holdouts, quienes en los días previos a la votación en la Cámara alta vieron sus casillas institucionales de mails, y en algunos casos las personales, atiborradas de mensajes que se quejaban de la postura que habían adoptado en el debate. Los mails iban desde aquellos que les pedían por favor que revieran su decisión por el bien del país hasta los que, en un tono menos diplomático, los acusaban de los «pecados» políticos más deleznables acompañados del mote de «traidor a la patria».
No es la primera vez que ocurre esto -cuando se trató el matrimonio igualitario, las casillas fueron invadidas por sectores ultramontanos contrarios a la iniciativa-, pero lo que molestó a muchas de las víctimas fue comprobar que sus direcciones particulares fueron entregadas por sus compañeros de bloque del FPV.
Sanz: un mediador en la interna caliente de Cambiemos
Mauricio Macri lo llamó de apuro días atrás para que participara de la áspera reunión en la quinta de Olivos donde «el» tema fueron las críticas de Elisa Carrió a políticas y personajes cercanos al Presidente. Pero Ernesto Sanz no quiere ser sólo el «mediador» entre Macri y la siempre volcánica socia de Cambiemos. «Marca diferencias con Lilita, pero también con Mauricio», dicen cerca del ex senador de la UCR, hoy sin cargo, pero con el teléfono celular abierto cada vez que la Casa Rosada lo solicite. En una entrevista, Sanz dijo que a Carrió «le cuesta jugar en equipo» y tomó distancia de Daniel Angelici, vapuleado por Lilita y defendido por Macri. «No es radical», declaró Sanz sobre el actual presidente de Boca Juniors.
Gils Carbó: una procuradora muy preocupada
El proyecto del Poder Ejecutivo para modificar la ley orgánica del Ministerio Público parece tener nombre y apellido en su destinatario: la actual procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Aunque no lo diga, la intención de la iniciativa es acotar al máximo el campo de acción de la jefa de los fiscales. El objetivo de máxima es acortarle su actual mandato, hasta que cumpla los 75 años, a tan sólo cuatro años. Alertada de esta situación, Gils Carbó ya envió varios emisarios a la Cámara de Diputados para hablar con los diputados kirchneristas. La principal preocupación de la procuradora es asegurarse que el macrismo no tenga la mayoría para aprobar el proyecto. No parece una tarea sencilla.
Congreso: reapareció Di Próspero después de los despidos
Después de tres meses de silencio en medio de las noticias de despidos en el Senado y en Diputados, reapareció el secretario general de la Asociación del Personal Legislativo (APL), Norberto Di Próspero. Tras un inicio de año fatal -a crónicos problemas de salud que lo aquejan desde hace un par de años se sumó el fallecimiento de una hermana- el líder del principal gremio de empleados del Congreso encabezó la semana pasada un acto de homenaje a los caídos en la Guerra de Malvinas en 1982. La ceremonia fue organizada por José Rodríguez, conocido por todo el mundo en el Senado como «Pepe» y que es uno de los sobrevivientes del hundimiento del Crucero General Belgrano.
fuente LA NACIÓN