RÍO GALLEGOS.- Treinta cajas con documentación, bolsas negras con material y filmaciones de las cámaras de circuito cerrado son parte del material que veinte gendarmes recolectaron ayer durante las nueve horas que duró el allanamiento en la escribanía de Leandro Albornoz. El operativo, ordenado por el juez federal Sebastián Casanello, se realiza después de que el valijero Leonardo Fariña declaró el viernes y dejó complicada en la causa hasta a la ex presidenta Cristina Kirchner.
La escribanía de la calle Zapiola al 200 de esta ciudad quedó fuera de los múltiples allanamientos en la causa Hotesur que el juez Claudio Bonadio llevó adelante en julio del año pasado. Ahora, las revelaciones del «valijero» del rodete llevaron a Casanello a allanar el epicentro de los vínculos entre la familia Kirchner y el hoy empresario preso Lázaro Báez.
Quizás por el valor de la documentación o bien por la velocidad que se le imprimió a la causa en las últimas horas es que la Gendarmería dispuso un avión para que traslade el resultado de los allanamientos a los tribunales de Comodoro Py.
«Es un excelente cliente», dijo el escribano Albornoz al cronista de TN a las 9 de la mañana de un domingo silencioso y frío. Ojeroso y cansado tras nueve horas de allanamientos en el estudio ubicado en el primer piso de Zapiola 184, Albornoz se vio empujado al centro de la escena después de las declaraciones de Fariña y fue el objetivo del primer allanamiento, por ahora, que se concreta en Santa Cruz.
En el breve diálogo con el canal de noticias confirmó que el empresario hoy detenido en Ezeiza desde el miércoles es su cliente desde el año 2004. Como parte de su actividad profesional Albornoz constituyó la mayoría de las sociedades de Báez, rubricó las operaciones inmobiliarias entre su cliente y los Kirchner; se trata de una decena de inmuebles que fueron escriturados a nombre de Austral Construcciones.
Sin embargo, Albornoz no sólo fue el escribano, sino que también fue parte de la trama de negocios cruzados entre la familia presidencial y el empresario más beneficiado por la obra pública en Santa Cruz, quien sólo entre 2010 y 2015 recibió mas de 16.000 millones de pesos en obra pública.
Socio y accionista
Albornoz constituyó en 2004 la sociedad anónima Valle Mitre SRL, de la cual fue accionario en parte y luego en su totalidad, de acuerdo con lo que consta en las actas constitutivas de la sociedad a las que accedió LA NACION. Entre los objetivos de esa sociedad se mencionan la gastronomía, el turismo, el transporte y el alquiler de vehículos. Para noviembre de 2009, cuando Albornoz transformó la SRL en SA, tenía la totalidad de las acciones.
Para esa fecha, Valle Mitre ya llevaba once meses gerenciando el hotel Alto Calafate, y según reveló LA NACION, a través de esa sociedad anónima se alquilaron cientos de habitaciones, a por lo menos ocho empresas de Báez, que luego no habrían sido ocupadas.
Por el alquiler, la empresa gerenciadora recibió millones, que fueron a parar a los dueños del hotel Alto Calafate, la sociedad Hotesur. Esta rueda de dinero es la que se investigaba en la causa Hotesur, que por ahora no tiene juez firme.
Albornoz, en las declaraciones juradas de bienes presentadas en los organismos competentes, declaró ser el titular de 4500 acciones de la totalidad de 5000 acciones de Valle Mitre SA. Lo declaró entre 2008 y 2013 en forma consecutiva, de acuerdo con los registros que consultó LA NACION.
Curiosamente, a partir de 2008, tanto Lázaro Báez como su hijo Martín también declaran ser los dueños de la totalidad accionaria de Valle Mitre. Báez padre declara el 44% de Valle Mitre y Báez hijo el 46% en las declaraciones que ambos presentaron en los organismos de contralor a las que accedió LA NACION. En 2004, con Valle Mitre, Albornoz con Báez de inversor encaró la construcción de un coqueto restaurante de campo, conocido como La Usina, ubicado a escasos kilómetros del ingreso al Parque Nacional Los Glaciares.
La Usina hasta 2013 fue parte del paquete turístico que comercializaban los hoteles Alto Calafate, Las Dunas y La Aldea del Chaltén. Durante varios años tanto el restaurante de campo como la gerencia del Alto Calafate estuvieron a cargo de Adrián Berni, un hombre que en 2013 quedó fuera de los negocios de Báez, según confió a su entorno.
Fue con Berni con quien Albornoz creó en 2011 la sociedad La Aldea del Chaltén, que controló el hotel de nombre homónimo, ubicado en el centro del pueblo mundialmente famoso ubicado a 230 km de El Calafate. El hotel fue construido sobre un terreno cuya propiedad es de Los Sauces SA, la sociedad de la familia Kirchner, tal como lo documentó este medio. Días pasados, parte del hotel se encontraba en demolición, tal como lo publicó el diario Clarín. Desde el año 2013, Martín Báez declara ser el dueño del 50% de La Aldea del Chaltén.
El allanamiento a la escribanía de Albornoz fue una conmoción durante la madrugada del domingo; los autos que pasaban, enterados de la noticia y ante la presencia de cámaras y periodistas, hacían sonar las bocinas en señal de festejo.
Albornoz es también un escribano con llegada a la familia de la ex presidenta, quien ha rubricado sus operaciones inmobiliarias y societarias. Al morir Néstor Kirchner, fue una de las pocas personas con acceso directo a la ex presidenta. Las cámaras de los fotógrafos han registrado su visita a la casa de la calle Mascarello.
En tanto, en la capital de Chaco, en otro operativo similar al de Río Gallegos, los efectivos de la Gendarmería Nacional realizaron un allanamiento en las afueras de la ciudad, donde funcionan las oficinas de la empresa Sucesores de Adelmo Biancalani, cuya propiedad se le adjudica al empresario Lázaro Báez.
Fuentes judiciales consultadas detallaron a Télam que allí se requisaron vehículos propiedad de la empresa, los cuales están registrados en la provincia de Santa Cruz, y aseguraron que algunos de los móviles habrían salido del predio horas antes de que se concretara el allanamiento, por lo que personal de la Gendarmería coordinó operativos en otros puntos de la capital chaqueña, aunque no hubo precisiones sobre los resultados.
fuente LA NACIÓN