José López estaba entre los funcionarios de mayor confianza de Néstor y Cristina Kirchner . Al menos eso es lo que indican los números oficiales. Tan sólo entre 2008 y 2015, el período que incluye las dos gestiones de la ex presidenta, el ex secretario de Obras Públicas tuvo injerencia directa sobre el destino de fondos públicos por más de $ 133.500 millones, según surge de las partidas presupuestarias con las que la administración anterior asistió a sus áreas de trabajo. Alcanza para estatizar dos veces YPF o construir 39 satélites Arsat-2.
La cifra le abre el paso a un conjunto de aclaraciones importantes. Hasta ahora, la denominación «cajero del kirchnerismo» era un mote que le calzaba bien al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, el primer detenido por corrupción del último gobierno. Pero quizás le quepa de la misma manera al hombre que fue sorprendido ayer con millones de dólares.
Entre 2008 y 2009, Jaime manejó fondos por $ 17.911 millones. En el mismo lapso, López tomó decisiones sobre más de $ 17.130 millones, es decir, casi la misma plata, según un análisis de LN Data .
Ambos comparten otro punto en común: eran compañeros en el Ministerio de Planificación y respondían en los papeles a Julio De Vido, otro funcionario histórico del kirchnerismo.
Hay que hacer una salvedad con respecto al actual diputado. Aunque el organigrama de su cartera así lo sugería, ni Jaime ni López escuchaban sus órdenes, sino las de Néstor Kirchner. Testigos relatan que De Vido se molestó en varias ocasiones con su amigo, el ex Presidente, porque lo desautorizaba frente a personajes de rango menor.
A Kirchner no le importaba. Como le ocurría con la población, a quien prefería hablarle directamente antes que a través de los medios de comunicación, no respetaba las jerarquías y llamaba por teléfono o citaba a su despacho a esos secretarios sin que De Vido lo supiera.
Ese dato de la realidad difícilmente le sirva al ex ministro para esquivar eternamente a la Justicia, algo que logró días atrás cuando impidió un allanamiento en su casa escudándose en sus fueros legislativos. De ahora en más será difícil explicarle a un juez que no tenía la menor idea de los actos de corrupción que se gestaban a metros de su despacho, o a sus compañeros de bancada que no tienen nada que ocultar.
De Vido, Jaime y López comparten otra característica: eran hombres de Néstor antes que de Cristina, con quien mantuvieron una relación más fría.
El único confidente de la ex Presidenta en Planificación era el ex secretario de Energía Daniel Cameron. Aunque puso a disposición su renuncia en múltiples ocasiones por peleas con De Vido, sus jefes máximos nunca la aceptaron. Cristina Kirchner sólo le soltó la mano cuando se lo pidió Axel Kicillof, en la última etapa de su gobierno.
La Dirección Nacional de Vialidad fue la mayor caja del Estado al cuidado de López. Tan sólo el año pasado recibió recursos superiores a los 23.500 millones de pesos.
El ex funcionario le imprimió una dinámica particular. Todos los meses, Obras Públicas le enviaba a la DNV de forma manuscrita o por correo electrónico quiénes eran las contratistas que debían cobrar y en qué proporción, hasta agotarse la cuota presupuestaria disponible. Las empresas de Lázaro Báez solían ser las favorecidas.
Los documentos que muestran la existencia y el funcionamiento de ese circuito abreviado de pago acompañan una denuncia penal que la administración de Mauricio Macri presentó a fines de abril en la Justicia y está en manos de Julián Ercolini.
fuente LA NACIÒN