ASUNCIÓN.- Dinero para mantener a sus familias, seguridad para sus hijos y, sobre todo, permanecer detenido en una prisión que no dependa del Servicio Penitenciario -nacional ni provincial- son las condiciones que intenta imponer Ibar Esteban Pérez Corradi para regresar a la Argentina. ¿Qué ofrece a cambio? Sus abogados le prometen al Gobierno que el narcotraficante aportará documentos que comprometerán a ex funcionarios kirchneristas para esclarecer la compleja trama de narcopolítica vinculada a la mafia de la efedrina.
«Con las pruebas que tiene se puede llegar hasta el nombre que todos queremos escuchar», dijeron sus abogados a LA NACION. Y agregaron que las exigencias son atendibles ante la magnitud que podría generar sus revelaciones. Pero desde el Gobierno desconfían porque -sostienen- el proceso ya sufrió varias contramarchas. Por eso, reclaman que les adelanten documentos que prueben directamente su vínculo con funcionarios del kirchnerismo.
El diagnóstico de la negociación se altera de acuerdo con la fuente que sea consultada. Cerca del imputado aseguran que están tan cerca de lograr un acuerdo para regresar a la Argentina que ya tienen firmado la extradición exprés a la que Pérez Corradi se negó hace una semana. Desde el oficialismo, en cambio, afirman que la relación atraviesa su peor momento.
«Sus abogados nos dicen una cosa y hacen otra desde hace muchos meses. Así es imposible», confió una alta fuente del Ministerio de Seguridad. El primer paso -recuerdan- se concretó en enero, cuando el doctor Carlos Broitman pidió garantías ante una supuesta entrega voluntaria de Pérez Corradi. La dependencia firmó, con el aval de Patricia Bullrich, un documento al que accedió LA NACION, en el que se deja constancia de que el imputado contaría con seguridad especial para volver al país y con los recursos materiales que hicieran falta para concretar su regreso. La entrega de Pérez Corradi nunca se concretó.
Su detención en Paraguay desnudó la estrategia judicial cambiante impulsada por su defensa. En su primera aparición pública, Pérez Corradi sostuvo que quería demostrar su inocencia ante la justicia argentina, pero al día siguiente rechazó someterse a un proceso de extradición exprés y dijo que quería quedarse en Paraguay. Ahora, sus abogados sostienen que ese proceso puede volver a activarse si el Gobierno acepta sus condiciones.
Su declaración de ayer ante la Justicia abrió sospechas. Pérez Corradi reconoció ante una fiscal paraguaya haber formado parte de una banda narco en Ciudad del Este, un delito por el que aún no está imputado aquí. «Quiere que lo investiguemos así evita la extradición. Pero no le vamos a dar el gusto, porque acá no lo queremos ni un minuto más», dijo una alta fuente de la justicia local.
«Mi cliente pide ser trasladado a una prisión especial como está acá en Paraguay, por seguridad. Quiere que sus familias (una en Asunción y otra en Buenos Aires) estén protegidas, que sus hijos puedan ir al colegio con normalidad. Está dispuesto a colaborar con las autoridades», dijo Carlos Rodríguez Brun, otro de los abogados.
Funcionarios de Seguridad aclararon a LA NACION que esos requisitos están contemplados en el programa para testigos protegidos. Tampoco habría inconvenientes -afirmaron- de ubicarlo en una prisión fuera del radar del Servicio Penitenciario, aunque no detallaron si esos son los únicos requisitos del imputado por el triple crimen.
Pero el último requisito de Pérez Corradi para volver a la Argentina fue estar en una celda conectada a Internet. Sus primeras semanas detenido en Paraguay revelaron su facilidad para utilizar dispositivos electrónicos, así como su práctica habitual de comunicarse con altas medidas de seguridad informática, confiaron desde su entorno. En esa circunstancia, el narcotraficante recibió ayer una nueva denuncia. José Mohanad Khalife, el supuesto líder de la mafia libanesa que habría sido su jefe en Ciudad del Este, denunció ayer que Pérez Corradi esta detrás de una extorsión realizada desde distintos números telefónicos. «Vos tenés plata o me pagás US$ 200.000 o te involucro más en esto», dice el SMS que el empresario farmacéutico mostró ayer a LA NACION.
«Hace dos años, un argentino me presentó a un tal José Luis Fernandez (identidad falsa de Pérez Corradi). Frecuentaba el negocio tranquilamente. Compraba muchos suplementos vitamínicos. ¿Cómo podía yo saber quién era él?», se defendió ante la consulta de este diario. Khalife fue señalado por la Agencia Federal de Inteligencia y por el propio Pérez Corradi como el máximo responsable de una banda que fabricaba drogas sintéticas.
«Esteban no tiene teléfono en la prisión», lo defendió Broitman. Y agregó que, por la dolorosa cirugía que practicó en sus manos para «borrarse» sus huellas dactilares, le cuesta mucho manejar teléfonos celulares.
Las exigencias del detenido
Ibar Pérez Corradi
Narcotraficante
Para ser extraditado, Pérez Corradi pidió la garantía de que sus familias en Paraguay y en Buenos Aires tengan seguridad, que sus hijos puedan ir a la escuela y que tengan dinero para mantenerse
También quiere estar en una celda conectada a Internet y que no dependa del Servicio Penitenciario
Si aceptan sus reclamos, los abogados prometen que el detenido entregará información que pueda comprometer a ex funcionarios kirchneristas.
fuente LA NACIÒN