«Quiero decirles que nos llegó la noticia por parte de la prensa de que estoy procesada». Así, comenzó Hebe de Bonafini su descargo luego de la resolución del Poder Judicial que determinó su procesamiento por la causa de defraudación a la administración pública en la fundación Sueños Compartidos .
«Tenemos claro que este es el precio que tenemos que pagar por haber dicho que Macri era nuestro enemigo cuando nadie todavía ni lo pensaba, por habernos quedado en la plaza del 9 al 10 de diciembre para que él no pise esa plaza que es del pueblo y por denunciar que él y su Gobierno fueron partícipes de la dictadura con sus empresas», lanzó la titular de Madres de Plaza de Mayo y, a continuación, agregó que están dispuestas «a pagar ese precio». «Las Madres decidimos jugarnos la vida por la libertad de la misma manera que se la jugaron nuestros hijos», dijo.
«El precio es este, que el Poder Judicial, no la Justicia, me procese. Estoy honradísima de ser procesada por este Poder y por este Gobierno. Gracias Macri por darme este honor de ser procesada», ironizó.
La titular de Madres de Plaza de Mayo también dio a entrever que con esta resolución judicial es toda la agrupación la que, de alguna manera, se ve afectada, y advirtió que vivió siempre en la misma casa y no tiene «ni bicicleta». «Tengo la conciencia muy tranquila, que revisen lo que quieran», resumió. «No se preocupen compañeros, las Madres tenemos las cosas muy claras, sabemos bien dónde está el enemigo y lo señalamos (…) Vamos a seguir denunciando a quienes, en este gobierno, son los más sádicos, los más ladrones y lo peor que nunca nos pudimos imaginar», sentenció.
«Hemos sido siempre muy perseguidas y no es por casualidad que nosotras elegimos la calle para darnos a conocer y para que aparecieran nuestros hijos», continuó para resaltar que es la calle el lugar donde, para ella, el pueblo tienen justicia.
En lo personal, destacó un episodio en el que acusó al ex presidente Eduardo Duhalde de «regentar el juego, la droga y la prostitución», tras el cual asaltaron su casa y torturaron a su hija, «hasta casi matarla» y, pese al esfuerzo, «nunca encontraron a los responsables».
fuente LA NACION