Los argentinos deben valorar su sistema de salud y en cualquier caso mejorarlo por ustedes mismos. Pero ningún médico extranjero va a resolver sus problemas y mucho menos si se trata de un sistema de misiones médicas como el de Cuba que genera corrupción, esclaviza a la gente y promueve la propaganda comunista”. Alioski Ramírez Reyes no tiene dudas de lo que denuncia: durante muchos años formó parte de las misiones de médicos cubanos que exporta el castrismo y desertó en el 2017 para quedarse en Brasil hastiado del régimen.
Las denuncias de un oscuro entramado de trata de personas, corrupción, vigilancia paraestatal, propaganda socialista, represión e instrumentación de trabajos forzados es coincidente en el relato de las misiones de médicos cubanos que describió tanto Ramírez Reyes como su par cubano Carlos Moisés Avila y Javier Larrondo que lidera Prisioners Defenders. Esta asociación radicada en Madrid ya presentó en Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional de La Haya denuncias de 450 casos de trata de personas y trabajos forzados contra el régimen de Cuba que lidera esas misiones de médicos de exportación.
El gobierno bonaerense de Axel Kicillof quiere traer ahora a estas misiones de médicos cubanos para ayudar en los hospitales a frenar la pandemia del COVID-19. De hecho, el ministro de Salud, Ginés González García, ya admitió que Kicillof tiene luz verde para contratar a esa misión. “Es para desocupar a los profesionales de la salud experimentados”, justificó el jefe de la cartera de Salud al avalar las misiones de La Habana.
La Confederación Médica Argentina ya se opuso al ingreso de estas misiones de médicos cubanos. Pero no hay caso. La decisión ya está tomada y esos profesionales de La Habana llegarán a la Argentina en los próximos días para atender la pandemia del coronavirus aunque la idea no resulta nada recomendable ni para los profesionales argentinos ni para los médicos exiliados de la isla. Mucho menos para Larrondo que expresó sin vueltas a Infobae: “Es de locos que Argentina quiera contratar a médicos cubanos para atender el COVID-19 cuando ni siquiera son epidemiólogos y desconocen por completo esta enfermedad”.
Moisés Avila acotó desde Miami, donde se encuentra hoy exiliado, que “la Argentina no tiene necesidad de médicos cubanos con todos los profesionales que tiene por habitante más los que están varados en el exterior. Está claro que aquí hay un montaje de propaganda para mejorar la imagen del gobierno como sucedió con Chávez o Dilma Rousseff en su momento”.
Moisés Avila vive hoy en Miami pero trabajó durante muchos años en las misiones de médicos cubanos en Venezuela y Brasil
A la vez, Ramírez Reyes explicó en diálogo con Infobae desde Brasil que “las misiones de médicos cubanos forman parte de un gran negocio del régimen castrista que se queda con el 95% de los salarios de cada uno de los profesionales que les paga el Estado contratante”.
Este esquema lo describen tanto Ramírez Reyes como Avila como una suerte de “chantaje económico” o “esclavitud moderna”. Es que en Cuba un médico cobra no más de 60 dólares mensuales y en las misiones les reservan ese salario además del pago de un salario mínimo del país en que vayan en misión humanitaria. A cambio de ello deben hacer propaganda política del socialismo cubano en el exterior. Eso no se negocia.
Además, al salir de Cuba los médicos que forman parte de las misiones se deben someter al Reglamento Disciplinario del régimen que en su artículo 168 sostiene que los profesionales no pueden casarse en el exterior, no deben salir más allá de las 18 horas, tienen que vigilarse entre sí mismos (llámese espionaje paraestatal) y deben volver a Cuba tras el final de la misión. En caso contrario, les deparará una prisión de 8 años al regresar en algún momento a La Habana y sus familias serán castigadas en la isla.
El médico Ramírez Reyes denunció la corrupción de las misiones cubanas y hoy vive en Brasil
Moisés Avila es un médico cubano que decidió exiliarse en Miami después de varias misiones a Venezuela y hace cuatro años participó de una última misión en Brasil. Desde allí no regresó más a La Habana. “El régimen cubano nos usa como moneda de cambio y para penetrar ideológicamente en los países. Los médicos de las misiones son sometidos a un estatus de esclavitud moderna con bajos salarios, restricciones humanitarias, de familia e incluso en vigilancia permanente”, explicó a Infobae este médico cubano.
¿Son todos médicos los que forman parte de estas misiones de Cuba?, preguntó Infobae a Moisés Avila.
“La mayor parte del contingente son médicos aunque también viajan empleados administrativos del régimen que cobran salarios para maquillar las estadísticas de lo que hacen los médicos y mostrar así los supuestos logros de la misión”, responde tajante.
La penetración de la propaganda socialista es total. Esto empezó en Venezuela en la época de Hugo Chávez y se extendió con el tiempo a otros países: Brasil, Bolivia, Ecuador, Italia, Nicaragua, Andorra y ahora quieren llegar a la Argentina.
“Es un sistema de corrupción perfecto donde el gobierno venezolano pagaba mucho por esto y lo mismo sucedió en Brasil aunque con un mecanismo más sofisticado porque se buscaba a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como intermediaria”, recordó Ramírez Reyes. En el caso de Brasil, la propaganda cubana se apoyaba también con el dinero que se usaba para la campaña de Dilma Rousseff coincidieron los dos médicos cubanos.
Para estos profesionales de la salud que decidieron salir del sistema y que hoy denuncian una fuerte corrupción, el engranaje de las misiones de Cuba parece encajar a la perfección: el gobierno de La Habana no tiene inversión porque ya tiene a los médicos, manipula a la población con propaganda del régimen y encima gana dinero con fondos de los países contratantes.
Los problemas que presentan a veces las misiones de médicos cubanos para ingresar a un país o validar títulos encuentra cierta lógica en este mecanismo de cinismo castrista. Es que para evitar que deserten al régimen el gobierno de la isla les entrega a los médicos pasaportes que no tienen validez en el tiempo y sus títulos de médicos son retenidos en La Habana. Por ello, en la mayoría de las veces piensan cien veces antes de optar por el exilio y dejarlo todo. Peor aún: si no vuelven a la isla sus familias reciben represalias.
Una videoconferencia
Convocados por la ONG Cultura Democrática y con el auspicio de los diputados provinciales de Juntos por el Cambio, Luciano Bugallo, Alejandra Lorden, Vanesa Zuccari y la diputada nacional de la Coalición Cívica Lucila Lehmann, estos dos médicos cubanos y Larrondo participaron ayer de una videoconferencia en donde también ampliaron datos ocultos detrás de las misiones cubanas.
“Siempre los Castro intentaron producir un efecto mundial para sustentar la economía cubana. Por eso no podemos entender que en un país como Argentina que valora la libertad y la democracia no entienda que las dictaduras son todas iguales. No hay dictaduras buenas o malas, son todas iguales. Si necesitaran ayuda médica en esta pandemia es preferible que vayan médicos de buena voluntad y no con intereses ideológicos detrás de ello”, expresó Ramírez Reyes en ese video.
Desde la asociación Prisioners Defenders que lleva adelante las denuncias ante Naciones Unidas y la Corte Penal de La Haya, Larrondo dijo que “está todo comprobado en nuestras 450 denuncias que Cuba somete a los médicos a una restricción de movimientos, no pueden tener un pasaporte corriente y si después de una misión no vuelven a Cuba tienen 8 años de prisión el día que deciden volver”.
En el artículo 168 del Reglamento Disciplinario al que son sometidos estos médicos de las misiones se establece que no pueden tener relación con los nativos sin la aprobación del jefe de misión y no pueden hablar con nadie que tenga comportamientos diferentes al proceso revolucionario.
“El 40% de los médicos cubanos que hemos entrevistado reportan haber sido víctimas de violencia o amenazas. Y al 65% les obligaban a cambiar las estadísticas del país hospedante para cubrir datos o mentir en sus labores”, reveló Larrondo desde Madrid.
Según coincidieron tanto Larrondo como los médicos cubanos exiliados, la Organización Panamericana de la Salud estaba cooptada por cargos directivos con cubanos. Y se estima que solo el 5% de los médicos se enrolan en las misiones de forma voluntaria. Es que la mayoría van a la misión coaccionados por el gobierno cubano o por causas económicas.
Todos reciben una instrucción antes de salir con principios del comunismo para hacer proselitismo político. Y ante todas estas denuncias Larrondo fue enfático: “En lugar de contratar esas misiones la Argentina debería poner en marcha su capacidad de realizar demandas internacionales para denunciar el proceso de esclavitud de estos médicos cubanos”.
Médicos cubanos reciben banderas cubanas e italianas durante una ceremonia de despedida antes de partir a Italia para ayudar con la propagación del brote de la enfermedad por coronavirus
Para retomar estas denuncias del representante de Prisioners Defenders la diputada Lehmann expresó a Infobae que “luego de haber escuchado las voces en primera persona de los médicos cubanos y de Larrondo, no puedo dejar de sentir una gran preocupación de que nuestro país se convierta en un objetivo para un negocio de algunos, que en el nombre de misiones humanitarias buscan en realidad su propio beneficio, aprovechándose de médicos, que seguramente sean muy buenos profesionales y personas, pero que no dejan de ser víctimas de una utilización por parte del régimen cubano como trabajo de esclavos para autofinanciarse, reteniéndoles el 95% de su sueldo y sometiéndolos a muchas otras situaciones extremas como persecuciones, presiones y amenazas a las familias que quedan en la isla”.
En tanto, el diputado Bugallo dijo que “lo importante de poner en evidencia este tipo de negocios para unos pocos, es demostrar que en muchos de los casos los médicos cubanos no son más que víctimas de la explotación y tráfico de personas, son víctimas de un sistema que los esclaviza, ya sea por el uso de la fuerza, leyes cubanas que limitan sus libertades, el hostigamiento a familiares que quedan en la isla o peor aún, con una vida de adoctrinamiento ideológico y discurso único, que por años los mantiene presos de un sistema ya fracasado, donde los mayores obstáculos están en las cabezas de cada uno de los cubanos mismos”.
Fuente: infobae