La carnicería de un hipermercado en zona norte estaba ayer vacía. Tanto era así que el carnicero aprovechaba el tiempo libre limpiando las góndolas de los congelados. Todo andaba lento, quizá por ser enero o un horario no pico para las compras. O quizá, simplemente, porque el argentino busca cuidar su bolsillo. Por el aumento del precio de la carne, el asado se convirtió en un lujo para el festejo de fin de año.
«La gente sigue comprando. Sin carne el argentino no puede vivir», relativizó el carnicero, que estimó que en diciembre sus precios aumentaron en promedio cerca del 10 por ciento.
La sensación térmica funciona mejor que el viejo Indec. En diciembre, según las canastas de consumo que elabora la ciudad de Buenos Aires, la carne subió 13% en promedio, lo que impulsó el precio de todos los alimentos. Por ejemplo, la canasta alimentaria porteña para un matrimonio compuesto por una mujer y un varón, ambos de 35 años, activos, con dos hijos varones de 6 y 9 años e inquilinos de la vivienda, mostró una suba de 4,22% en diciembre, por encima de la canasta total (3,25%), que incluye algunos servicios, y de la inflación de la ciudad, que registró un alza de 3,9% para ese mes. Se trata de la mayor alza en esa canasta desde enero de 2014, el mes de la devaluación que impulsó Axel Kicillof. Con relación a diciembre de 2014, o sea, en su medida interanual, la canasta alimentaria subió 24%.
Los precios de los alimentos comenzaron su raid a fines de noviembre y la primera semana del mes pasado. «El cajón de pollos pasó de 300 a 600 pesos», se quejó la encargada de una parrilla en la localidad de Fátima, a 61 kilómetros de la Capital. El encargo para seis personas de un asado común (colita de cuadril, entraña, dos pollos, chorizos y dos morcillas) tuvo un valor por arriba de los 800 pesos. Ayer en el hipermercado de zona norte, el kilo de colita de cuadril costaba $ 199; el ojo de bife, $ 193; el peceto de novillo, $ 200, y la paleta de novillo 120 pesos, entre otros cortes de carne expuestos.
Según el Gobierno, la Secretaría de Comercio, que entonces lideraba Augusto Costa, dejó una «zona liberada» para permitir el aumento de precios en medio de una fuerte expectativa de devaluación, que finalmente ocurrió a mediados del mes pasado. El kirchnerismo argumenta que fue justamente la modificación del tipo de cambio lo que impactó en los precios de los alimentos.
Pero esos valores comenzaron, según la versión oficial, a desacelerarse. Según un informe del Ministerio de Producción, que dirige Francisco Cabrera, en la semana que finalizó el 23 de diciembre, y tras el levantamiento del cepo al dólar, el nivel general de precios subió 0,6%, contra el 0,9% de la semana anterior y claramente por debajo del promedio del 1% semanal con que se había iniciado el mes.
Hace dos semanas, ese ministerio lanzó una canasta de unos 300 productos como extensión, aunque con cambios, del programa Precios Cuidados. En ese listado no hay carne ni frutas ni verduras. El Gobierno además intentó morigerar el peso del impuesto a las ganancias en el aguinaldo y decidió el otorgamiento de un pago por única vez a quienes cobran la Asignación Universal por Hijo (AUH), las asignaciones para embarazadas y las jubilaciones mínimas.
Los datos de la canasta alimentaria porteña adquieren una nueva relevancia luego de que las autoridades del Indec admitieran que no habrá un nuevo índice de precios hasta dentro de ocho meses. En ese sentido recomendaron utilizar el índice porteño y el de San Luis. El organismo estadístico nacional recién presentaría una nueva canasta -el primer paso hacia un indicador de pobreza- para mayo.
En diciembre no sólo aumentó la carne. También hubo alzas en cereales y legumbres (3,77%); leche, yogures y productos lácteos (2,2%); aceites y grasas (2,09%); azúcar y dulces (2,05%); bebidas (2,89%), y otros alimentos (1,5%). La canasta alimentaria llegó en el mes a los $ 5467, o sea 182,23 diarios.
Entre los servicios, el alza importante de diciembre se observó en el rubro salud, que mostró una suba de 12,23 por ciento. Sin embargo, las tarifas congeladas de gas, electricidad, agua y transporte morigeraron el valor de la canasta total, que llegó $ a 15.739,48, un incremento interanual de 28%. En el mes, otros servicios y bienes no alimentarios que subieron fueron: alquiler (2%), expensas (0,04%), comunicaciones (2,15%), útiles escolares (2,85%), artículos de limpieza (3,01%), esparcimiento (6,5%), cuidado personal (2,89%), indumentaria (3,47%), y electrodomésticos (5,09%). Estos últimos están también atados al valor del dólar.
Los argentinos consumieron más carne
El promedio de los últimos doce meses ubicó el consumo interno por habitante en 59,9 kilogramos por año en diciembre, lo que significó un crecimiento de 1,7% interanual, según informó la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
En diciembre, el precio promedio de la hacienda en el Mercado de Liniers estableció un nuevo máximo (nominal) de $ 22,555 por kilo. En términos mensuales, la suba fue de 14,4% (la más alta desde febrero de 2014). Las exportaciones cárnicas habrían totalizado 198.000 toneladas en 2015. Con relación a 2014 se trata de un avance de 1,1%. Tomando una perspectiva más amplia, surge que hace 3 años que los envíos al exterior de carne vacuna están estancados en un promedio anual de 200.000 toneladas.
En 2015 se produjeron 2,74 millones de toneladas de carne vacuna. Esto significó una expansión de 2,5%. El 92,8% de la producción se destinó al mercado interno.
fuente LA NACIÓN