Durante la audiencia que tuvo lugar ayer en un juzgado de Las Vegas, los fondos buitres dijeron que si es necesario presentarán nuevas evidencias sobre la ruta del dinero K. “En lo que nosotros llamamos el Discovery de la corrupción hemos pedido información a 20 bancos de Nueva York y estamos haciendo una investigación en las Islas Seychelles”, dijo el abogado de NML, el fondo buitre de Paul Singer, Dennis Hranitzky. “También tenemos 3 ó 4 documentos que todavía no hemos utilizado”, agregó.
Kent Woods, el abogado de Patricia Amunategui, la encargada de establecer las 124 empresas adjudicadas a Lázaro Báez y Cristóbal López, se quejó argumentando que su clienta es una empleada que no tiene los recursos suficientes para seguir presentando escritos.
El juez Cam Ferenbach, un hombre tan calmo como determinado, decidió fijar una nueva audiencia recién para el 5 de marzo.
A la salida de la audiencia, los abogados estaban perplejos. Habían llegado con carritos llenos de documentos preparados para la gran pelea, pero el juez Ferenbach los frenó de entrada al anunciar que no tomaría ninguna decisión de fondo ayer.
“Yo todavía no puede creer lo que paso”, dijo a Clarín Dennis Hranitzky. “Esto realmente va en contra de todas las expectativas”, coincidió Kent Woods. “Yo estaba convencido de que hoy seria el día, de la gran confrontación, pero no”, dijo. “Lo único que nosotros queremos es terminar con este problema”, dijo por su parte Jason Willey, el abogado de Val de Loire, la empresa adjudicada a Cristóbal López.
Pese a que Willey y Kent habían pedido que la audiencia se desarrollara a puertas cerradas, lo primero que hizo el juez fue anunciar que había autorizado a la enviada de Clarín a ingresar a la sala con su computadora, cuando en general está prohibido. “¿Cómo es su nombre?”, preguntó. “Ana Baron”. “Bueno, le recuerdo que puede utilizar su computadora pero no internet.”
Fue la primera señal de que el juez Ferenbach quiere que el público tenga acceso a la información del caso. De hecho, a los pocos minutos anunció que había decidido autorizar la intervención de Lanata en el caso (ver Página 11). La sala, sin embargo, estaba vacía. No había público y el único medio periodístico presente fue Clarín.
Kent Woods quería que la audiencia fuese cerrada, porque según él tenía planeado exhibir un power point con datos que presentarían como evidencias, pero que en realidad no lo son. Woods explicó que mucha de la evidencia que NML dice que posee proviene de artículos de prensa que ellos mismos alimentan con sus comunicados. “Esto lleva a una situación extraña, en la que NML hace declaraciones en escritos o a la prensa, que la prensa escribe y luego NML cita esos artículos de prensa como supuesta evidencia”, escribe textualmente Woods. “Muchos de estos artículos no han sido autenticados como verdaderos, correctos” agrega.
En un escrito presentado ante la corte casi al mismo tiempo, Wiley coincidió agregando que NML está utilizando la información para proveer a los periodistas con datos para presionar al gobierno de Cristina Kirchner. Woods dijo que si los periodistas entraban en la sala “estarían ocupando el lugar de los miembros del jurado” y “darán por cierto lo que se diga”. “Y eso ocasionará un daño irreparable”, consignó.
La audiencia se desarrolló, sin embargo, muy cordialmente. No hubo discusiones acaloradas ni cruces agresivos entre los representantes de las partes. Consciente de que a lo mejor no había satisfecho las expectativas, el juez se despidió diciendo que esperaba que el viaje no les haya resultado en vano.
fuente CLARÍN